El crecimiento del Manchester City en las últimas temporadas ha sido evidente. Sin embargo, cuando el equipo dirigido por Manuel Pellegrini llegaba a Europa la falta de personalidad y de competitividad alejaba al club de conseguir los máximos objetivos. Por eso aterrizó Pep Guardiola a la ciudad, para dotar a los skyblues de una marca diferencial conforme a sus máximos rivales. Se avecinaba un mercado movido para Txiki Begiristain y compañía. Compras, ventas, cesiones y cinco jornadas de Premier han bastado para que el sello de Guardiola haya impregnado a todo el club.
15 goles marcados, cuatro recibidos y la pronta ejecución de un juego guardiolesco en algo más de un mes de competición liguera han ocasionado que se hable ya de un Manchester City aspirante a todo. Jugadores para ello había, incluso antes de la llegada del catalá al banquillo. Pocos dudaban de que futbolistas como Silva, Agüero o De Bruyne darían un salto de calidad individual y colectivo. Otros, sin embargo, generaban muchas dudas por el juego que tenía pensado implantar Guardiola, donde la calidad en el medio campo se antojaba innegociable y en los momentos decisivos no funcionaron.
Fernandinho, el hombre de Pep Guardiola
Manuel Pellegrini nunca encontró la tecla adecuada para que el equipo ofreciese la creatividad necesaria en el centro del campo como para gustarse. Pese a contar con David Silva, en el Manchester City faltaba un organizador que diese sentido al juego desde la salida de balón de los centrales. Y Fernandinho, como la mayoría de sus compañeros, se perdió en el intento. Fue uno de los hombres señalados para abandonar el Etihad en verano. Desde su llegada en 2013, el brasileño no había demostrado la capacidad ofensiva que sí tuvo en el Shakhtar y a la hora de defender su contención dejaba dudas.
Sin embargo, enseguida Guardiola confiaría en él. «Creo que Fernandinho puede jugar en diez posiciones distintas», afirmó el catalán en rueda de prensa. Pep Guardiola no tardó en alabarle. Para él, es un futbolista «muy rápido, inteligente, agresivo, y fuerte en el juego aéreo». Y de las 10 teóricas posiciones, el entrenador se quedó con la de pivote.
Fernandinho ha sido titular en los cinco partidos de Premier League que se han jugado hasta ahora, completando todos los minutos sobre el campo. Con una defensa formada por Otamendi-Stones que pronto ha carburado, el brasileño se ha convertido en la siguiente pieza del puzzle. «Tiene la habilidad de saber crear», aseguró Guardiola. Incrustándose como tercer central en la salida de balón y siendo la primera línea de creación de juego, el técnico sí ha dado con la primera tecla para que el medio funcione. Además, su físico le permite abarcar mucha zona del campo y su colocación táctica posibilita que jugadores como Silva y De Bruyne se suelen más en ataque, confiados en que Fernandinho les guardará bien las espaldas.
«Cuando llegó a la ciudad lo primero que trató de cambiar era la mentalidad del equipo, de los jugadores, trató de poner en nuestras cabezas una mentalidad ganadora«, explicó Fernandinho a ESPN. La plantilla del City, por lo que se atisbaba en los partidos, no terminaba de confiar en los planteamientos del técnico chileno. Ahora llegaba un entrenador que lo había ganado todo, e influjo al equipo, en primer lugar, lo que más necesitaban: sentirse invencibles. Guardiola fue el primero en potenciar las cualidades de Fernandinho y en el inicio de competición el jugador le da las gracias ofreciendo su mejor versión.