Mar BIANCHI – Hace varias semanas los tifosi de la Fiorentina de la Curva Fiesole, tras el partido frente al Parma en el que expulsaron a Valero y Montella, llevaron a cabo una protesta sencilla y pacífica: durante los primeros 10 minutos del encuentro que disputaron contra la Lazio dejaron sus localidades vacías y, pasados ese tiempo, entraron todos a una mientras lanzaban mensajes recriminando las acciones de los jueces arbitrales de la Serie A y pidiendo respeto por el club.
Parece que el descontento con el arbitraje italiano y este tipo de manifestaciones se están extendiendo por los estadios de la liga italiana. El pasado fin de semana, la Curva Maratona del Torino repitió la misma jugada de sus vecinos de Florencia, pasaron los diez primeros minutos del encuentro fuera de sus asientos y, después, entraron en masa. Solo estuvo presente desde el minuto uno la pancarta en la que destacaban las fechas todos los partidos que consideran que al Toro le han “robado” esta temporada.
La tranquilidad de la exhibición de los tifosi granata solo se vio alterada a posteriori: el juez deportivo Gianpaolo Tosel ha impuesto al Torino una multa de ocho mil euros por, según se lee en su comunicado, los integrantes de la Maratona “han dirigido coros insultando continuamente a los oficales del partido”.
Otro choque marcado por la controversia fue el Lazio-Milan. Para empezar, la vuelta de Seedorf al Olímpico de Roma supone revivir tristes historia para los biancocelesti. Hay que remontarse hasta 2007 cuando un policía italiano mató por error a Gabriele Sandri, aficionado de la Lazio, al intentar resolver una disputa entre seguidores laziales y juventinos. En los partidos posteriores a los hechos, todos los jugadores lucían un brazalete negro. Todos, a excepción del actual técnico del Milan que Seedorf rehusó portar el brazalete por el luto de Sandri. Este gesto que aún no se olvida en las gradas de la Lazio y, aunque Seedorf declarase que ese mismo día no sabía lo que había sucedido y pidió perdón a la familia del fallecido, los laziali parecen no haber perdonado.
Además, los ultras de la Lazio se suman al vacío de localidades para manifestarse, esta vez, en contra de su presidente, Lotito. Durante toda la primera parte del encuentro, ningún laziale cantó, solo mostraron pequeñas pancartas con diez preguntas dirigidas al presidente y un enorme ‘Libera la Lazio’.
Por parte de la Lazio, las protestas físicas en el estadio no irán a más: la Curva Nord ha anunciado que no volverá al Olímpico de Roma a apoyar a su equipo, entre otras cuestiones, por habérsele denegado portar al campo alguna de las pancartas protestas que habían preparado contra Lotito. Una decisión dura para los tifosi, pero que creen necesaria para hacer patente la mala obra de su máximo dirigente.
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