El fútbol es vida. Y como la vida misma, en este deporte-negocio cada día vemos historias de amor y traición. Para mí y supongo que para muchos otros, Cavani fue mi primera novia fuera de España, la primera que me sacó de mis casillas y por supuesto de mis fronteras. Una de las más bonitas que recuerdo, por supuesto. Nos conocimos por ordenador, en un enlace de esos que te asegura fútbol a ratos y cortes momentáneos.
Fueron 3 años de fútbol total. Con Walter Mazzarri al mando, el espectáculo estaba garantizado. 3-5-2 y a correr. Ahí estaba Cavani, el hombre referencia de aquel Napoli al contraataque. Casi metro noventa, con melena y una ligera perilla que caía sobre su barbilla como los antiguos reyes de Mesopotamia, su poder sobre todo lo demás era diferencial y siempre a trote como el más humilde de los plebeyos.
Hubo un día que lo pudo ver desde el sofá y en el televisor. Era Marzo y octavos de final. En un San Paolo a reventar y ante el que sería el futuro campeón de aquella edición, el Chelsea de Villas Boas. Empezó ganando el favorito con un gol de Juan Mata que se aprovecharía de un fallo del por aquel entonces capitán, Paolo Cannavaro. Pero por noches como aquellas, uno entiende la pasión de toda una ciudad entregada a la trayectoria del balón y la devoción en aquellos días por su mejor guerrero. Justamente esa noche, el héroe fue Lavezzi pero Cavani no se quedó corto, el gol de la remontada y dos asistencias al Pocho. El Napoli se daba a conocer al mundo entero. Y el matador, gritaba revolución.
Otra de sus grandes noches fue la final de Coppa Italia en 2011 cuando venció por 2-0 a la Juventus de Turín, o la noche que firmó una tripletta todos ellos con la testa como mandan los cánones ante los poderosos del Norte. O aquel día ante el Inter con otra magnífica tripletta que le permitía alcanzar los 101 con la casaca napolitana. O el día del Dnipro con su póker particular para culminar una tremenda remontada. Cuantas y grandes noches quedaron guardadas en la memoria bajo el sello del Matador. Edi para los amigos.
De no muy amigo fue su salida. Una puñalada por la espalda casi igual de dolorosa e inesperada que la reciente salida de Gonzalo Higuaín. De una te levantas y de la segunda, intentas olvidarla con el posible retorno de la primera.
Hace ya tres años pero recuerdo su presentación con el Paris Saint Germain como si fuera ayer. No me lo esperaba para nada, hasta que vi un cartel promocional con su figura y la camiseta parisina. 64 millones dejaba en las arcas napolitanas. Poco me pareció en comparación con el amor que nos regaló durante los tres años que estuvo a los pies del Vesubio. 104 goles, rabia, fuerza, entrega, pasión, emoción y mucho corazón. Y sobretodo insuficiente comparable al vacío que dejaba.
Al menos, el uruguayo, al día siguiente de hacerse oficial su venta al club parisino, compró una página del periódico para agradecer el amor de todos los aficionados napolitanos. Todo por una razón, guarda cariño y mucho a una ciudad que se le dio todo y con el vídeo del pasado lunes en el 90 cumpleaños del club demuestra que no se ha olvidado.
Desde aquel día me sentí muerto, vacío y engañado. Me costó cogerle cariño a su sustituto, Higuaín. Tardé, quizás demasiado lo reconozco pero finalmente me ganó. Total para que. Ahora bien, comparo sus caminos tras darle la espalda a una ciudad que les dio todo y no hay color.
Cavani no eligió al eterno rival para crecer. Tampoco «olvidó» despedirse de aquellos que le quisieron y desde su marcha todo han sido buenos y bonitas palabras para ciudad y afición. En París, ha mantenido buenas cifras pero caído a banda, olvidado en su mejor arma como hombre referencia, ha sido ocultado en la sombra del gigante sueco. Tras la marcha de Ibrahimović le han prometido el paraíso, el puesto de 9 y un proyecto apasionante. Pero uno no debe de olvidar.
Ni yo, ni Cavani, ni cualquier napolitano se sintió tan vivo en la última década como aquella noche de marzo ante el Chelsea en la Champions. Hamsik, Lavezzi y el Matador bajo las ideas de un loco, Mazzarri. Un Napoli alocado con un Cavani depredador.
Ahora, el rumor ya es un hecho y algo ha despertado ahí dentro. Sístole y diástole bombean un azul matador. Parece que hemos despertado de un sueño profundo. Desde su marcha, su vuelta parece más cercana que nunca. Y Cavani seguro que sabe que como en Napoli no se volverá a sentir igual de vivo en ningún lugar.
Las discrepancias entre jugador y presidente parecen haber sido resueltas tras el vídeo de agradecimiento del jugador. Mucho depende de su intención y de donde quiera jugar el año que viene. El Napoli tiene dinero en las arcas y la afición un deseo en su corazón. Ver de vuelta al matador. Cavani, contigo empezó todo.
@PipeOlcina17 | 1995. Periodismo. Peor sería tener que trabajar, que decía en un cartel de la redacción del Times.
No te lo pierdas
-
FC Barcelona
22 Nov 2024200 veces Alexia
El Barça visitó al St Pölten en su último compromiso europeo. Las de Pere...
Por Redacción -
Fútbol Internacional
20 Nov 2024Argentina reafirmó su liderato
Tras su último pinchazo ante Paraguay, Argentina se impuso por la mínima ante Perú...
Por Redacción -
Tenis
20 Nov 2024Gracias, Rafa
Todos rehusaban ese adiós, pero el paso del tiempo es algo inevitable y con...
Por Redacción -
Selección
19 Nov 2024El cierre perfecto
España ha concluido su andadura de 2024 con una nueva victoria en la última...
Por Redacción