El futuro llega rápido. Apenas poco días después de la eliminación de la ‘azzurra’, en la federación de fútbol italiana ya se empieza a pensar en el nuevo proyecto. Se perdió en los penaltis, no hay más que lamentar, cuánto antes se empiece la tarea, mejor serán los resultados con el cambio de seleccionador. Giampiero Ventura tiene por delante mucho trabajo, sin fenómenos. La clasificación hacía Rusia 2018 pasará por Verratti y sumar jóvenes a la causa.
La Euro ha confirmado dos certezas respecto a selección italiana. La primera es evidente: se está viviendo un período de poco talento, se necesita exprimir al máximo los recursos existentes. La segunda se ha demostrado en los partidos más importantes de esta manifestación: nadie compite como Italia. Entre ambas confirmaciones un personaje clave: Antonio Conte. El comisario técnico no continuará y sin él, mantener la motivación será más difícil. Los puntos fuertes del actual grupo han sido la mentalidad y el espíritu competitivo, la incógnita es si el recambio en el banquillo logrará mantener estas características.
El momento futbolístico italiano está en una encrucijada, en el último mes ha rendido por encima de su realidad. Casi se conquista el Everest, pero la realidad es que se sufre para conquistar una pequeña colina. En Francia, la ‘azzurra’ jugó muy bien contra una Bélgica sobrepasada por las circunstancias, en el segundo encuentro contra Suecia el nivel fue pobre y contra Irlanda, sin nada en juego, fue un desastre. Superaron a España de manera merecida, teniendo en cuenta que enfrente se encontraba una selección viviendo un fin de ciclo. Contra la ‘Mannschaft‘, un penalti absurdo de Boateng dio vida sólo hasta los penaltis.
De ese cuarto de final permanece el entramado táctico que evitó que Alemania tirase a puerta en los primeros 40 minutos, el orgullo de que un equipo ‘menor’ jugase al nivel de los campeones del mundo pero también, la evidencia del salto de calidad existente entre ambos conjuntos. Diferencia de calidad que se mostró en los penaltis. Falla quién parte mal desde el inicio. El grotesco baile de Zaza y las dudas/vacile de Pellè no tienen que ver con la “mala suerte”, hablan de su limitada calidad.
Tras la eliminación se necesita entender qué cosas merecen mantener igual, qué cosas se tienen que cambiar y sobre todo, cómo cambiarlas. ¿Quiénes serán los nuevos protagonistas de la ‘nazionale’? Ventura partirá de un plan bastante claro, parece imposible que haya una revolución total en los próximos meses que haga cambiar de arriba abajo la selección. El riesgo es máximo, Italia puede quedarse fuera del próximo Mundial. Se juega la clasificación en un grupo dónde está España. Lo peor es que el ex-entrenador del Torino estará sólo, lo ha dicho claramente Conte en su despedida, no era algo emotivo, era la verdad. El pobre momento futbolístico italiano no tiene que ver sólo con los futbolistas, también con sus dirigentes. Los que evitan que el seleccionador pueda interactuar más con posibles hombres llamados a la causa, que se puedan preparar con más margen determinados partidos o directamente que favorezcan la corrupción.
Lo mejor de la actual selección italiana es la defensa, no hay duda. Un reparto excelso pero ya nada joven. Un ejemplo es que la Juventus, club propiedad de la famosa ‘BBC’ (Bonucci, Barzagli, Chiellini) se está moviendo en el mercado para empezar a buscar relevo. La ‘azzurra’ no puede hacerlo, sólo puede esperar que Buffon mantenga el nivel al menos dos años más. El resto es muy pobre. En el centro Giaccherini y Parolo han sorprendido gratamente en Francia, ellos más Verratti – Marchisio tienen la misión de dar personalidad a la escuadra. La delantera es la zona dónde más se echan de menos figuras. Eder y Pellè han rayado a un buen nivel en el Europeo pero para volver a una final de un Mundial seguramente se necesite algo más.
¿Dónde puede encontrar Ventura soluciones? Por ahora el cómico baile de Zaza nubla la mente a cualquiera. Cómo última imagen de la era Conte se podría esperar otra cosa. Queda la esperanza de que hombres como Belotti y Berardi maduren y eleven exponencialmente su nivel.