El título «Enemigo mío» me viene a cuento de una antigua película fantástica o de ciencia ficción, en la que un humano y un extraterrestre, enemigos irreconciliables no pueden sobrevivir el uno sin el otro y deciden aunar fuerzas, naciendo finalmente una gran amistad entre ellos. Y como de extraterrestres va la cosa, decidí utilizarlo.
Partiendo de la base de que las palabras “enemigo” u “odio” deberían estar desterradas del vocabulario del mundo del motociclismo, ya que hablamos de lo que siempre fue cuestión de caballeros, cabría mejor utilizar expresiones como “rival” o “antipatía”.
En el pasado GP de Cataluña tuvimos la desgracia de perder a uno de los nuestros, Luis Salom y parece que este hecho, aparte de conmocionar a toda la familia del motociclismo, sirvió para que dos extraterrestres como Valentino Rossi y Marc Marquez, que estaban llevando a límites insospechados su animadversión, limaran asperezas y estrecharan sus manos, parece que Luis les abrió los ojos y supieron ver que en esta vida es pérdida de tiempo estar a las malas con un rival, aparte del daño que te haces a ti mismo, cuando lo que fluye por ti es odio.
¿Qué sería de la historia del motociclismo sin esos grandes rivales, que, como choque de trenes, coincidieron en el tiempo, que mantuvieron un “odio” sano, dentro de la pista, pero que cuando salían de ella no dudaban en felicitar y elogiar al adversario? El tiempo en muchas ocasiones, demostró, que no podían vivir el uno sin el otro, porque no hay cosa que te motive más que tener delante a un duro rival al que doblegar.
Me viene a la mente la pareja de “enemigos” que llegaron a ser Kevin Schwantz y Wayne Rainey, aquellos que batallaban allá por aquellas carreras del AMA en USA, luchando carenado contra carenado en multitud de ocasiones y que cuando uno de ellos decidió dar el salto al “Continental Circus” el otro, inexorablemente, siguió sus pasos y al llegar a Europa volvieron a verse las caras, divirtiéndose con sus duelos y de paso divirtiendo a toda la afición. Esos dos pilotos no luchaban por ganar una carrera, lo hacían por honor, por quedar delante de su adversario, tal es así, que durante la carrera, ninguno de los dos quería ir tras el otro, de ahí la cantidad de adelantamientos con los que nos deleitaban.
¿Qué ocurrió cuando en 1993 Rainey, tras el duro accidente de Misano, se vio postrado en una silla de ruedas y por consiguiente obligado a abandonar la competición? Pues, que Kevin Schwantz, a duras penas, siguió pilotando en 1994, para a principios de 1995 dejar la competición. Su motivación principal, su «enemigo mio” ya no estaba en carrera.
Otra pareja notable por su enfrentamiento en pista, fueron Kenny Roberts y Freddie Spencer, que al final se saldó con el abandono del mundial del primero, no estaba dispuesto a jugarse la vida por ganar una carrera o un título contra un rival que sí lo estaba, como bien le mostró en aquella carrera de Anderstorp de 1983, cuando los dos se fueron al campo en su enconada lucha, consiguiendo la victoria Spencer y haciéndose con el título por dos puntos ese año.
Otros dos rivales de envergadura, que también nos deleitaron con grandes duelos, fueron Eddie Lawson y Wayne Gardner, siempre compitiendo con diferente moto, Yamaha el primero, Honda el segundo, pero que en el año 89 llegaron a compartir marca, Honda ¿Qué mayor reto que tu principal adversario con la misma moto? Grandes duelos, grandes carreras, pero siempre el máximo respeto por el contrincante.
Rivales y compañeros de equipo, ese fue el caso de Mick Doohan y Alex Crivillé, saltaron chispas entre ellos más de una vez, especialmente aquel año 1996, donde hubo más que roces y victorias por milésimas. Creo que esa rivalidad entre ellos hizo crecer a Crivillé hasta alcanzar el grado de extraterrestre. El punto álgido de su relación fue aquella carrera de Australia 1996 en que ambos se fueron por los suelos cuando luchaban por la victoria, aunque ya venía la cosa un poco tensa desde la carrera de Jerez.
Hoy en día disfrutamos de una época de grandes talentos, alguno con 20 años de antigüedad en pista, Valentino Rossi y claro con tantos años, es fácil que haya tenido varios rivales de envergadura, no uno solo, Loris Capirossi, Max Biaggi, Alex Barros, Sete Gibernau, Dani Pedrosa, Casey Stoner, Jorge Lorenzo y Marc Marquez, últimamente, por partida doble con los dos últimos, que nos deleitan carrera tras carrera con grandes duelos.
Recordad siempre, la grandeza de un piloto se mide por la grandeza de los rivales derrotados.
Está claro, que estos piques entre extraterrestres, es la sal de los GGPP aunque a veces y a determinados “aficionados” levante pasiones mal entendidas, que extrapolan a la vida personal de los pilotos, sobre todo gracias a las redes sociales y convierten lo que es la esencia del motociclismo en una batalla campal entre fans, cuando lo acontecido en pista, ahí debe quedar y ahí solventarse. Nuestro único papel, como aficionados, es aplaudir, disfrutar y recordar siempre que ellos están poniendo su vida en peligro cada vez que se enfundan el mono.
Mi pasión: la moto #MotoGP #WSBK #CEV ; mi amor: los animales. Mi lema: Si la vida te da la espalda, tócale el culo.
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