Jose Carlos DE CELIS – Llega una nueva temporada de Fórmula 1 y lo hace inmersa en un mar de dudas e incertidumbre. Nuevas reglas, nuevos motores, nuevos circuitos, nuevos dorsales, nuevos pilotos y hasta nuevos canales de televisión. Toca hablar de las sensaciones, pero en un deporte tan cambiante como la Fórmula 1, acentuado con el cambio de normativa para 2014, cualquier tipo de apuesta puede dejarte, a posteriori, con cara de vidente de los de las madrugadas televisivas.
De un modo muy general, los resultados de la temporada 2014 los marcarán la fiabilidad, el motor y la aerodinámica. Los motores V6 turbo adquieren mayor protagonismo que sus predecesores, los V8. En ese sentido, las escuderías que montan propulsores Mercedes (Mclaren, Mercedes, Williams y Force India) presentan una leve ventaja sobre las que llevan motor Ferrari (Ferrari, Sauber y Marussia), ambas un escalón por encima de los equipos equipados con el Energy F1 V6 de Renault (Lotus, Red Bull, Toro Rosso y Caterham).
En cuanto a fiabilidad, en los test de pretemporada Mercedes y Williams son, seguidos de cerca por Ferrari, los que más kilómetros han sumado. En pilotos, Rosberg, Alonso y el debutante de Mclaren, Magnussen, son quienes más han podido rodar. Los que menos, Lotus, Marussia y Red Bull. Con respecto al tercer aspecto, la aerodinámica y velocidad, podemos decir que Mercedes, Williams, Force India, Mclaren y Ferrari han sido los más rápidos por tiempos durante la pretemporada.
Mezclando los tres factores, encontramos a Mercedes y Ferrari como principales candidatos al título a día de hoy, con Mclaren queriendo olvidar el desastroso 2013 y Williams pretendiendo resurgir de sus cenizas. No hay que perder de vista a Force India, y se espera un mejor rendimiento de los equipos más humildes: Caterham y Marussia. ¿Y Red Bull? Red Bull todavía no está. ¿Llegará en algún momento? Muy probablemente, pero quizás cuando se recupere sea demasiado tarde.
Para los aspirantes a heredar el trono de Vettel y Red Bull, será clave gestionar bien las primeras carreras antes de que todos los equipos alcancen su máximo potencial, minimizar daños cuando no se disponga del mejor monoplaza posible y reunir la mayor cantidad de puntos para cuando vengan los baches. Todas las escuderías punteras tienen su momento durante el año y habrá que ver hasta qué punto lo aprovecha cada una. Ahí entra en juego el factor piloto.
Ferrari cuenta con la mejor pareja de pilotos, con dos campeones como Alonso y Raikkonen, y Mercedes tiene el segundo equipo más talentoso, con Hamilton y Rosberg. A priori serán ellos cuatro quienes se jueguen el título, al menos hasta que los tetracampeones de la bebida energética despierten del letargo. Veremos de qué es capaz Hulkenberg en Force India, hasta qué punto Magnussen cumple en Mclaren lo que se espera de él y si Massa recupera en Williams el nivel de 2008.
Cuando se apaguen los semáforos en Melbourne dará comienzo una de las temporadas más imprevisibles que se recuerdan. Quién gane no será la única duda, también es una utopía adivinar cuántos serán capaces de ver la bandera a cuadros. Oiremos hablar de KERS, ERS, DRS y, aunque en menor medida que en 2013, también de neumáticos. De supuestas ilegalidades, de la FIA y sus decisiones, y de multitud de rumores. Imposible saber quién vencerá, pero sí se espera mucha emoción. Que así sea.
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