El Manchester United vence al Everton en el tiempo de descuento y se mete en la final de la FA Cup en un partido trepidante. De Gea, héroe una tarde más, paró a Lukaku un penalti en los minutos de mayor sufrimiento Red.
Wembley, lugar para héroes sin capa, encendía sus focos e invitaba a dos equipos ultra necesitados para salvar las temporadas miserables de sus dos anfitriones. Roberto Martinez, tras la humillación en Anfield, guardaba su última bala en la recámara mientras que Van Gaal quería acercarse a su primer título en Inglaterra.
Para los de Liverpool los problemas defensivos eran incontables. Jagielka y Stones, la pareja de centrales, llegaban tocados a la capital y Besic, mediocentro desde su llegada en 2015, jugaba en el lateral por primera vez en su corta carrera blue. Y ahí el United comenzó a ganar el partido. Fue Martial, uno de esos héroes, el que desbordó al bosnio sin ningún pudor durante todo el encuentro.
Lukaku fue el primero que avisó con dos grandes ocasiones pero el belga, que se le ha relacionado con su rival durante mucho tiempo, falló en el momento clave. Con el paso de los minutos, el empaque de los de Old Trafford empezó a notarse y Marouane Fellaini se convirtió en el villano de Liverpool tras mandar el balón al fondo de las mallas tras una gran jugada de Martial. A pesar de las pocas ocasiones del United, la inoperancia ofensiva de los de Roberto Martínez dejaba un marcador justo en el electrónico de Wembley.
La segunda parte, tras un primer tiempo aburrido, se convirtió en un viaje al pasado del mejor futbol inglés. Eléctrico y con contragolpes por ambas partes, se abrían oportunidades para los de Mersey que apretaban con todo su aliento para empatar. Y así Barkley, con mucho corazón, provocaba un penalti dudoso para locura de sus aficionados. Entonces De Gea miró a Lukaku y le dijo con su mirada que se lo iba a parar. El ex del Atlético de Madrid, con una espectacular estirada, dejaba helada la parte azul de Wembley.
Asimismo, Deulofeu, que no parecía invitado a la fiesta, empezó a hacer diabluras y tras un gran centro provocaba el mal despeje de Smalling para igualar fuerzas. Los 10 últimos minutos de partido se iban a convertir en un duelo loco con Martial enfurecido y con Lukaku y Deulofeu amenazando a Blind y sus compañeros de la defensa. Entonces, el mago francés sacó su varita mágica cuando los dos equipos pensaban en la prórroga y posibles penaltis. Realizó una gran pared con Ander Herrera y ahí, delante de Joel Robles, el tiempo se detuvo. ¿Seguirá Roberto Martínez en Goodison Park la próxima temporada? Es la pregunta que muchos se hacen hoy.