“Gracias por todo, gracias”. Así se despedía Sergio Egea de cientos de oviedistas la mañana del 15 de Marzo, segundos antes de enfilar por última vez la bocana de vestuarios del Tartiere. Fue un final inesperado por el momento en el que se produjo. Terminaba antes de lo previsto su exitosa andadura de 20 meses en el banquillo azul. Se le notaba apesadumbrado al bueno de Egea en la rueda de prensa del adiós, comparecencia casi obligada por el impacto que causó su renuncia a la afición carbayona. Triste, decepcionado, tocado, o el adjetivo que quieran ponerle. Dejaba mal cuerpo contemplar la figura de un Sergio Egea desencajado y sobrepasado por el momento. Demasiada emoción.
Ciertas desavenencias con la plantilla fue la razón principal por la que Egea sorprendió al oviedismo con su dimisión, tras un rifirrafe con Dani Bautista y José Fernández unas horas antes en El Requexón. Analizando lo sucedido, se intuye que esta situación venía de atrás. Algún día se conocerá desde cuando existían estas diferencias, que acabaron por hacer tirar la toalla al técnico argentino. Egea sintió el día de autos la falta de apoyos dentro de la plantilla. Quizás esperaba que dieran la cara por él, y al no hacerlo tomó la decisión de apartarse a un lado para no empeorar más la situación.
Sergio Egea aterrizó en Oviedo el verano de 2014 con ciertas dudas en la parroquia carbayona, que venía esquilmada de Graneros, Sarriugartes, Carrascos, y de muchas decepciones por un ascenso que no acababa de llegar. El Grupo Carso apostaba por un hombre de confianza, con quien ya habían trabajado en México. Un hombre metódico, discreto, respetuoso, siempre atento y agradable con los medios de comunicación y muy agradecido a la afición. A pesar de un inicio de Liga con algún sobresalto fuera de casa, la trayectoria del equipo a partir del primer tercio de la temporada fue imparable. Campeón de grupo, campeón de la 2ªB, y su mayor logro, el ascenso a la Liga Adelante tras ganarle al Cádiz en la vuelta del Carranza por 0-1.
Esta temporada, con la base del año pasado y fichajes de calado para esta categoría, el Real Oviedo se aupó a los puestos de playoff de ascenso. Tras la racha de 12 partidos invicto, llegaron las derrotas en Mallorca y en el Tartiere ante el Valladolid, que dolieron mucho. A partir de ahí saltaron las chispas y salieron a la luz las diferencias, algo que hasta ahora no se había producido en público.
Pero la vida sigue sin Sergio Egea. El club asturiano ha decidido, tras el visto bueno de Arturo Elías, que el ex – jugador azul Generelo lleve el timón del barco carbayón hasta final de temporada. A pesar de su inexperiencia en los banquillos, ojalá que con David Generelo este barco llegue al buen puerto que desea el oviedismo, después de una temporada que hasta ahora pinta muy bien. Hay mucha igualdad en la Liga Adelante y el ascenso está más accesible que nunca. A pesar de las últimas derrotas, el equipo azul sigue en playoff y a tiro de piedra del ascenso directo. Además, Arturo Elías, estará presente en el 90º Aniversario del Real Oviedo, y acudirá al partido ante la Ponferradina en el Carlos Tartiere, clave en las aspiraciones del equipo para seguir optando a todo.
La consigna es clara: club y afición tienen que estar juntos, luchando por un mismo objetivo, que no es otro que volver a la máxima categoría del fútbol español. Ya son 15 años lejos de la élite. Hay que mirar hacia adelante e intentar aprovechar esta oportunidad de oro que está al alcance de la mano. Mucha tela que cortar todavía y opciones, todas. A por el objetivo con todo el oviedismo unido. Con orgullo, valor y garra.