No está siendo fácil la temporada para el Levante en cuanto a resultados. La derrota en Ipurúa fue una seña más a lo que parecía abocado este Levante que ya apuntaba maneras con Alcaraz. Pese a la contratación de Rubí y una mejoría en el juego considerablemente notable, el equipo parecía no levantar cabeza. Tras la derrota frente al Eibar, acumulaba 3 derrotas consecutivas, seguía colista y los nervios comenzaban a aumentar. Rubí se jugaba mucho y el próximo partido ante el Getafe se antojaba vital. Por diversas razones; orgullo, honor y salvación.
El Levante le faltó tiempo para demostrar su ambición. Finalizó 3-0 y Morales hizo el primero, forzó el penalti que llevaría al 2-0 y asistió en el último para poner la guinda al marcador. Con la derrota del Granada frente al Valencia y Las Palmas frente al Barcelona, el conjunto valenciano se sitúa a 4 puntos de la salvación, la misma que hace una semana parecía lejos, Morales te la ha acercado. Y resulta raro que sea él quien tenga que enmendar la situación. Han llegado fichajes de renombre. Rossi y Verdú han dejado Florencia para unirse al conjunto granota, Medjani ha reforzado el eje de la zaga u Orbán el lateral de Orriols y al final, sigue siendo él, jugador que aúna los requisitos básicos de cualquier afición y más los de una afición tan humilde como la de Orriols que solo pide la salvación y poder disfrutar de los suyos un año más en Primera División.
Morales siente la camiseta, no escucha ofertas. Centra todos sus esfuerzos en salvar a su Levante. Sacrificio y compromiso, correr hasta ver sangre y levantarte en todas partes. Así es el hombre que se pega a la cal, el hombre de las diagonales. En este 2016, solo Borja Bastón acumula más goles que el jugador madrileño en la tabla de goleadores nacionales. Seis tantos hasta el momento, cuatro de ellos por jugadas individuales, gracia en parte, al desequilibrio que le acompaña en cada jugada.
Con muchos minutos menos, dobla en cifras, sus 3 goles de la temporada pasada. Orriols sabe bien la responsabilidad que recae sobre los pies del jugador. Mucho depende las actuaciones de Morales para que el Levante este jugando en una u otra división. De momento, el Ciutat ha perdonado y olvidado, está agradecido. Se puso en pie para despedir a su héroe, tal es así que Rubí ironiza sobre su momento de forma: «Morales, voy a decir una barbaridad, pero está casi de selección española. Está en un momento extraordinario» El dinero es una cifra, las gotas de sudor, una señal. Y como tal, el juego mostrado, la contundente victoria y el desequilibrio de Morales, son señales para soñar por un Levante salvado.