En una sociedad cada vez más globalizada, el fútbol se ha convertido en una manera muy eficaz para llevar una marca alrededor del mundo. El mercado invernal que acaba de culminar en Europa dejó muestras del poder económico de la liga china (han gastado más de 260 millones de Euros, superando a la propia Premier League inglesa). No obstante, el poder de los asiáticos no se queda en ostentosos fichajes, ya que en enero de este año una marca del mencionado país, LEDMAN (fabricante de lámparas LED), firmó un acuerdo con la Liga Portuguesa de Futebol Profissional (LPFP) para convertirse en el patrocinador exclusivo de la segunda división del fútbol luso.
El acuerdo implicaría que cada uno de los 10 mejores equipos de la segunda división portuguesa deberán contar con al menos un jugador del gigante asiático para la próxima campaña. Cabe destacar que en la ahora llamada, LEDMAN LIGAPRO, se encuentran los equipos ‘B’ de Sporting CP, FC Porto, SL Benfica y SC Braga, situación que garantizaría el desarrollo de los atletas chinos. Este poder sobre los fichajes no es algo de nueva data: para muestra el caso de Zhang Chengdong que llegó al Rayo Vallecano del fútbol español como imposición de un patrocinador. Se espera, además, que entrenadores chinos tengan la posibilidad de trabajar para los clubes lusos y aprender ciertos métodos de entrenamiento que han hecho del fútbol base de Portugal uno de los más importantes del viejo continente.
¿Qué recibe la LPFP? Aunque los detalles económicos no están del todo claros, con el contrato se podrán mantener los pagos de arbitraje, infraestructura y todo los necesario para que la liga funcione de manera correcta (lo sobrante se repartirá equitativamente entre todos los equipos).
LEDMAN tiene gran influencia en el mundo deportivo de su país, siendo también patrocinador principal de la Superliga China y la Liga China (segunda en importancia del país asiático). Además posee, parcialmente, los derechos de retransmisiones deportivas a nivel mundial.
La cosa va en serio… En China, el fútbol se ha convertido en una cuestión de Estado, y desde 2015 se imparte en las escuelas como una asignatura más (con libros de texto incluidos). Unos 200 millones de niños se benefician de la nueva medida y se espera que a medio y largo plazo, la misma tenga repercusión en el nivel de las canteras del país, lo que les permitiría tener participaciones más que decentes a nivel continental e incluso optar por llegar a otra Copa del Mundo.
Sin duda alguna, las inversiones del gigante asiático llegaron para quedarse y han visto en países como Portugal la oportunidad de iniciar un intercambio que ayude a su fútbol base y les permita presentar sus marcas a nivel continental. El futuro nos dirá si los gastos han valido la pena, pero esperemos que ambas partes saquen lo mejor del acuerdo y que el balón no pare de rodar.