De los últimos veintiún torneos en los que participó, tan solo en dos ha sido capaz de llegar a la tercera ronda.
Al leer la palabra Verdasco a todos os vendrá a la mente el partido que ganó ante Acasuso en Copa Davis que dio a España la ensaladera de Mar del Plata, o la exhibición frente a Nadal en semifinales del Open de Australia de 2009, donde el madrileño estuvo a punto de ganar a Rafa en casi cinco horas de partido. Sin embargo, ha llovido mucho desde entonces, y Fernando Verdasco no es el mismo, ni mucho menos. Quizás los cambios de banquillo, de raqueta (ha usado hasta cuatro marcas distintas), o la relajación, le han llevado de ser uno de los diez mejores del mundo, a salir del top50 y ser un jugador más que vulnerable.
Tras una reconocida intensa pretemporada, Verdasco comenzó la temporada 2016 de la mano de un nuevo entrenador, David Sánchez, con una novedad, la gira de pretemporada en Asia. Tras este cambio, Verdasco dio el pistoletazo de salida en Doha con un papel discreto, ganando a Jaziri, tunecino fuera del top100, y perdiendo por la vía rápida al día siguiente ante Novak Djokovic, resultado más que esperado. Sin embargo, el punto de inflexión iba a llegar diez días después. El madrileño iba a tocar emparejado en primera ronda de Australia con su compañero de dobles de Rio2016, Rafa Nadal. Tras un partido espectacular, el madrileño dio la sorpresa y ganó al campeón de catorce “mayors” en más de cuatro horas de partido. Parecía que teníamos ante nosotros a un resucitado Verdasco, dispuesto a reasentarse en el circuito y capaz de volver a ganar a los más grandes.
En cambio todo fue un espejismo, ya que fue apeado por Dudi Sela en segunda ronda, tras cuatro sets y dos horas y media de partido. El Verdasco irregular había vuelto cuarenta y ocho horas después, tras haber reconquistado al público australiano. Y desde entonces, nueva derrota en primera ronda en su siguiente torneo, en Quito ante el jugador invitado por la organización, Renzo Olivo.
Este primer mes de competición es un espejo de los últimos años de Verdasco en el circuito, en caída libre, siendo únicamente él capaz de revertir la situación actual. Sin embargo, los datos no engañan, y de los últimos catorce torneos, en ocho ha vuelto a casa tras perder en primera ronda, mientras que en los seis que no ha sido así, ha caído en la segunda ronda. Su horrible final de temporada en 2015, con tan solo dos victorias después de verano (ambas ante jugadores fuera del top50), motivaron un más que obligado cambio de entrenador, fichando a David Sánchez, como habíamos comentado recientemente.
Tras dos temporadas increíbles en 2009 y 2010, en 2011 llega la acomodación y con ello los malos resultados, en gran parte por la desconfianza en su juego y problemas de cabeza en ciertos momentos de los partidos. Tras un buen Open de Australia llegando hasta octavos, acompañan tres Grand Slams más muy discretos, con dos segundas rondas y una tercera ronda en Roland Garros. Sin embargo, pierde hasta en ocho torneos a las primeras de cambio. En 2012 no logra pasar de tercera ronda en ningún grande, y los resultados en Master1000 cada vez son más discretos. Desde 2013 destacan unos cuartos de final de Wimbledon, donde tuvo en su mano el pase a semifinales. En el resto de Grand Slams desde entonces (12), a excepción del mencionado sobre el pasto inglés, no se conoce un resultado mejor que tercera ronda, habiendo tres derrotas en primera ronda.
La eterna duda en el mundo del tenis es si volverá el antiguo Verdasco, el gran jugador que fue capaz de conquistar seis torneos ATP y disputar trece finales, llegando a estar durante un tiempo por encima de David Ferrer siendo el segundo tenista español del momento, tras Rafa Nadal. Aquel que no dejaba influir en sus golpes de maestro a su cabeza. O el encargado de dar una nueva ensaladera a España.