Con el comienzo de la segunda vuelta tras el parón invernal, la Lega Calcio ha lanzado una curiosa iniciativa en el campeonato de Serie B en Italia. A partir de ahora, en los bolsillos de los árbitros conviven tarjetas de tres colores diferentes: a las clásicas amarilla y roja se une otra de color verde.
Mientras las amarillas y las rojas seguirán poniendo coto a las habituales patadas y trifulcas diversas que se producen en los partidos de Serie A, la verde tendrá una utilidad completamente opuesta. Al final del partido, el árbitro le podrá enseñar la tarjeta verde a un futbolista que se haya distinguido por haber realizado una acción especial de juego limpio sobre el campo: lanzar el balón fuera, ayudar a un rival, colaborar con el árbitro… También se podrá mostrar a entrenadores o dirigentes.
“Con la tarjeta verde queremos dar más espacio a los buenos comportamientos, subrayando la carga educativa, porque todo lo positivo que ocurre sobre el campo se refleja en los aficionados”, justificaba el presidente de la Lega Serie B Andrea Abodi. A final de temporada el futbolista con más tarjetas verdes será premiado.
Está por ver qué éxito tendrá la tarjeta verde. En la primera jornada de su implantación, la tarjeta verde, que ‘debutaba’ en un Spezia-Bari, no fue mostrada en ninguno de los 11 partidos que se disputaran. Sí se enseñaron nueve tarjetas rojas y más de 60 amarillas. Hay costumbres que difíciles de cambiar en la Serie B.