El australiano Toby Price ha logrado su primer Dakar, al hacerse con cinco etapas para imponerse con contundencia en la clasificación final al eslovaco Stefan Svitko y al chileno Pablo Quintanilla. El mejor español ha sido Gerard Farrés, octavo; mientras que Laia Sanz (15ª) se ha hecho con su sexto Dakar en categoría femenina. En coches, el francés Stephane Peterhansel ha conquistado su duodécimo título (sexto en la categoría). El argentino Marcos Patronelli se ha hecho con su tercer Dakar en quads; y en camiones el holandés Gerard De Rooy ha logrado su segunda victoria, con español Moi Torrallardona como copiloto.
Hace un año, Toby Price protagonizaba la gran irrupción del Dakar al finalizar tercero en su debut, acompañando en el podio al español Marc Coma y al portugués Paulo Gonçalves. En su segundo intento ha subido dos escalones del tirón para auparse a lo más alto, erigirse como el primer piloto australiano en ganar el Dakar y el primer no europeo en llevarse la categoría de motos; dando así el pistoletazo de salida a la nueva era del raid más popular del mundo.
Tras una década de tiranía entre Coma y Cyril Despres; en la nueva constelación del Dakar en las dos ruedas ha nacido una estrella con un brillo especial, y que parece haber llegado para quedarse: Toby Price. A sus 28 años se ha hecho con un Dakar quizás algo descafeinado por las suspensiones y neutralizaciones; pero en el que ha demostrado ser el mejor con diferencia. Ya tiene su primer Dakar, y cuesta creer que vaya a ser el último. Ya es oficialmente el hombre a batir.
Cuando Coma anunció su retirada, KTM le eligió a Price como su relevo al frente de la estructura: el encargado de frenar la ofensiva de Honda y sus dos grandes contendientes al título: Joan Barreda y Paulo Gonçalves. Es indudable que la marca austriaca dio en el clavo: mientras Barreda y Gonçalves se veían obligados a abandonar antes de tiempo, Price caminaba firme hacia la victoria a base de ganar etapas.
El español volvió a demostrar su infernal velocidad, siendo el más rápido en tres etapas. Sin embargo, fue desposeído de dos de ellas por sendas penalizaciones, causadas por superar los límites de velocidad en tramos restringidos. Mientras tanto, Price se mantenía al acecho. Y, cuando la Honda del castellonense le dejó tirado, Toby estaba más que preparado para el mano a mano con Paulo.
Convertido en cosa de dos, el piloto australiano elevó el listón para presionar al luso y forzarle a cometer un error… que finalmente llegaría. Exprimiendo el puño del gas por encima de sus posibilidades, Gonçalves sufrió una aparatosa caída que, si bien apenas le costó unos minutos de pérdida, acabaría siendo el principio del fin de su Dakar.
Con la dupla ibérica del gigante japonés fuera del mapa, a Price le bastó con conservar la mecánica y mantener a raya a su compañero de marca, el eslovaco Stefan Svitko. Todo un veterano del Dakar que va progresando a cada edición y que se mantuvo en una sólida segunda posición a base de no cometer errores; dejando la emoción de los últimos días en la lucha por la tercera posición.
Hasta cuatro pilotos soñaron con colarse en el cajón durante los últimos días de la prueba: el ‘rookie’ francés Antoine Meo, que demostró su gran velocidad al hacerse con dos triunfos parciales, pero que en los últimos días vivió una pesadilla y, lesionado, acabaría cayendo hasta la séptima posición de la general; desvaneciéndose así la posibilidad del triplete para KTM.
Quedó entonces una guerra de tres marcas por escoltar en el podio a la dupla de la firma austriaca: el experimentado portugués Helder Rodrigues, que en un Dakar de menos a más casi cuela a la Yamaha en la foto final; el debutante argentino Kevin Benavides, convertido en la esperanza de Honda para salvar los muebles; y el chileno Pablo Quintanilla, que con su victoria en la etapa final se aseguró la tercera posición para el delirio de Husqvarna.
Sexto sería el también debutante francés Adrien Van Beveren, beneficiado por la lesión de Meo, al que superó en la última jornada. En la octava posición aparecía el primer español, Gerard Farrés, haciendo un Dakar muy consistente pero falto de velocidad para competir con los primeros.
Tras el estadounidense Ricky Brabec, noveno; completó el ‘top ten’ la gran sensación española: Armand Monleón. En su debut, el protegido de Marc Coma comenzó de forma muy comedida, pero fue ganando confianza con el paso de las etapas para concluir décimo y presentarse como una de las esperanzas españolas de victoria a medio plazo.
“Mi objetivo es el top 15”, repetía como un mantra Laia Sanz. La deportista española más laureada de la historia huía así de los cantos de sirena que apuntaban a cotas mucho mayores, y cumplió su pronóstico al finalizar en 15ª posición. Un puesto que podría haber mejorado de no haber mediado extrañas reclasificaciones en etapas neutralizadas, problemas mecánicos e incluso un esguince de clavícula. Con todo, lleva seis ediciones finalizadas en seis intentos, algo que muy pocos pueden decir. Laia sigue aprendiendo y promete volver más fuerte en 2017.
Justo detrás de ellas, el debutante Iván Cervantes finalizó en una prometedora 16ª plaza. El mejor piloto español de enduro ya sabe lo que es el Dakar, y cuenta con la velocidad para aspirar a mucho más. 17º fue Jordi Viladoms en un Dakar para olvidar, lastrado por la fiebre durante la primera semana y sin encontrar en ningún momento la velocidad ni la entereza de ediciones pretéritas.
Más que notable la actuación de Antonio Gimeno (24º) y Marc Solá (34º); y el reconocimiento para los otros seis españoles que lograron culminar la hazaña: Carlos Fernández, Rosa Romero, Dani Oliveras, Domingo Fernández, Enric Martí y Julián García Merino.
Además de Barreda, otros tres se quedaron por el camino: José García no pudo llevar hasta la meta la única BMW que tomó la salida; y Joan Pedrero tuvo que abandonar después de hacer soñar a Sherco. Pero, sobre todo, cabe destacar la brillante actuación de Txomin Arana; que con una Husqvarna privada estaba peleando por el ‘top ten’ demostrando tener la rapidez suficiente para luchar con los mejores, y que se ha ganado a pulso tener por fin una moto oficial de cara a 2017.
Entre los centenares de historias que puede ofrecer y ofrece cada edición del Dakar, en este 2016 cabe destacar al francés Sylvain Espinasse. El intrépido galo invirtió 43 horas más que Price en completar el recorrido, finalizando penúltimo. Toda una proeza si señalamos que lo hizo con una Husqvarna de dos tiempos y 125 cc.
Quads: Marcos gana la lucha Patronelli
El retorno de los hermanos Patronelli otorgaba una dosis extra de emoción a la categoría más bisoña de la prueba: los cuadriciclos. El polaco Rafal Sonik, defensor del título, se veía obligado a abandonar a las primeras de cambio; y poco después seguía sus pasos el chileno Ignacio Casale, ganador en 2014 y que había empezado esta edición dispuesto a recuperar el título.
Los Patronelli comenzaron de forma comedida, pero a la hora de la verdad se habían hecho con los dos primeros puestos de la general. Llegada la hora de la verdad, ya se conocía el apellido del ganador, y sólo faltaba ponerle el nombre. Finalmente, Marcos se haría con tres etapas para imponerse a su hermano Alejandro por apenas cinco minutos; deshaciendo así el empate a dos y llevándose su tercer Dakar después de los conquistados en 2010 y 2013.
Completó el podio la gran irrupción de la categoría, el sudafricano Brian Baragwanath. Pese a descolgarse pronto en la general, fue capaz de hacerse con tres etapas demostrando tener la calidad suficiente para competir de tú a tú con los ‘capos’ de la categoría; y fue capaz de ir remontando hasta sacar del podio en la última jornada al consistente ruso Sergei Karyakin.
A su ritmo, la pareja formada por Eduardo Marcos y Covadonga Fernández logró el objetivo de cubrir la totalidad de la prueba y regresar triunfales a Buenos Aires, en 17ª y 18ª posición, respectivamente. No lo consiguió el heroico Alberto Prieto, que conduciendo sólo con una mano –tiene el otro brazo totalmente paralizado- se vio obligado a decir adiós en la novena etapa.
Coches: Peterhansel se iguala a sí mismo
El ‘dream team’ presentado por Peugeot para poner fin a cuatro años de dominio de Mini terminó por dar sus frutos, gracias a la irrepetible figura de ‘monsieur Dakar’. Con Jean Paul Cottret a su lado, Stephane Peterhansel volvió a demostrar el porqué de su sobrenombre para hacer el más difícil todavía: igualarse a sí mismo. Cuando detuvo en seis su cosecha de títulos en motos para pasarse a las cuatro ruedas, resultaba difícil predecir que igualaría semejante cifra, pero en este 2015 lo ha conseguido.
Ha cimentado su triunfo en la regularidad y en la ausencia de fallos. Conocedor como nadie de las peculiaridades del raid, cedió los focos durante la primera semana a su compañero y compatriota Sebastien Loeb, consciente de que la dureza de la prueba iría ordenando las cosas por pura inercia. Cuando Loeb probó la parte agria del Dakar, todo se encaminaba hacia un mano a mano con su también compañero Carlos Sainz, con la amenaza del siempre guerrero Nasser Al Attiyah.
Los problemas mecánicos de Sainz -obligado a abandonar- le allanaron el camino, y el vuelco sufrido por Al Attiyah le permitió afrontar las etapas decisivas con una táctica más conservadora. No falló, y su cuenta de títulos ya se eleva a doce. El catarí tampoco se dejó inquietar en la segunda posición; dejando la tensión para la tercera, que estuvo en el aire hasta la etapa final.
Finalmente, el podio fue para el sudafricano Giniel De Villiers, cuya regularidad no deja de asombrar. Un nuevo podio para el de Toyota, que contuvo la ofensiva final del finlandés Mikko Hirvonen; que sin hacer tanto ruido como Loeb –relegado a la novena posiciones después de varios percances- acarició el cajón en su estreno en la prueba.
Sexto fue Nani Roma –la mejor clasificación de un piloto español entre todas las categorías-, pese a que en la primera etapa real perdió toda opción de título; pero que junto a su copiloto Álex Haro resistió para relegar a Cyril Despres a la séptima posición; hasta quedarse cerca de un ‘top 5’ que cerró el también sudafricano Leeroy Poulter.
Muchos problemas tuvo también el ‘rookie’ Xavi Pons, que empezó muy cerca de los mejores y finalizó en 30ª posición. Xavi Foj fue 34º -segundo en la categoría T2.2-; y el debutante Rubén Gracia logró concluir 42º junto a Diego Vallejo. También concluyeron los copilotos Joan Rubí –44º junto al boliviano Alberto Gutiérrez-; y Rafael Tornabell -62º al lado del italiano Eugenio Amos-. No pudo finalizar Óscar Montano, que copilotaba al boliviano Julio César Roca.
Camiones: De Rooy gana la guerra a Rusia
Impecable el Dakar cuajado por el holandés Gerard De Rooy, que desde el principio se mostró muy firme y fue cogiendo distancia con el poderoso cuarteto ruso de Kamaz; a los que poco a poco se les fue alejando la posibilidad de extender su tiranía a este 2016, donde el idioma hablado en las cabinas de los camiones ha sido el holandés. Entre cuatro pilotos neerlandeses han sumado ocho de las doce etapas disputadas.
Con el español Moi Torrallardona -primer campeón español en camiones- al lado, De Rooy se ha hecho con su segundo Dakar cuatro años después del primero, dejando a más de una hora al más consistente de los Kamaz, el de Ayrat Mardeev; si bien los únicos triunfos parciales de los rusos fueron los tres de Eduard Nikolaev. La tercera posición del podio fue para el argentino Federico Villagra, que se estrenaba en la categoría.
El veterano Pep Vila regresó al ‘top ten’ al hacerse ‘in extremis’ con la décima posición, junto a los también españoles Xavi Colomé y Marc Torres; mientras que la dupla formada por Jordi Juvanteny y José Luis Criado concluyó en 30ª posición, segundos de su categoría. Finalizaron también los copilotos Alberto Herrero -36º junto al francés Patrice Garrouste- y Charly Rodríguez-o-Malley -41º y último al lado del también galo Michel Saumet-.
En el apartado de camiones, no se puede dejar de mencionar al andorrano Albert Llovera, que después de lograr finalizar la pasada edición en coches (en el tercer intento), quiso probar el más difícil todavía y saltar desde su silla de ruedas hasta el camión; logrando concluir el rally en una meritoria 35ª posición.
Cuenta atrás para 2017
Toby Price, Marcos Patronelli, Stephane Peterhansel y Gerard De Rooy. Cuatro campeones que sólo representan la punta del iceberg del espíritu de la prueba. Mientras un puñado de pilotos compiten por ganar el Dakar, la inmensa mayoría tiene como objetivo ganar al Dakar.
Y, aunque este 2016 ha podido parecer algo más sencillo, son muchos los que no han logrado llegar a la meta. Pero la gran mayoría –finishers o no- ya están pensando en volver en 2017. Esa es la magia del Dakar.
Burgos, 1987. Madrileño de adopción. Periodista deportivo 3.0. Motociclismo, por encima de cualquier piloto; y deporte, por encima de cualquier deportista o club. Licenciado en periodismo, aprendí en Eurosport. Ahora soy editor en motorpasionmoto.com y colaboro en Sphera Sports, Motorbike Magazine y Sport Motor motociclismo.
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