La noticia que la prensa amarilla del deporte estaba esperando ya es una realidad. José Mourinho ha sido destituido del Chelsea FC tras alcanzar un acuerdo económico con la dirección del conjunto londinense. La navidad se ha adelantado para todos aquellos detractores que han visto como el segundo proyecto blue del técnico portugués se ha derrumbado a los pocos meses de iniciar su tercera temporada.
¿Cómo un equipo campeón hace siete meses puede estar a un punto del descenso tras 16 jornadas?, esta es la pregunta que se hacen todos los aficionados del Chelsea y a la que vamos a intentar dar respuesta desde la óptica meramente deportiva, dejando a un lado las razones extradeportivas que circulan por la prensa inglesa estos días.
Adiós al autobús
Se comentaba con cierta sorna, que el despliegue táctico defensivo del Chelsea bien podría parecerse a colocar un autobús enfrente de la portería para que los rivales no pudieran marcar gol. Con ese humor fácil o no, lo cierto es que la fiabilidad defensiva del Chelsea 2.0 fue exquisita. Recuperó a John Terry de la grada a la que le mandó Benítez para el eje central, y el marcador inglés respondió con veteranía y contundencia ante los mejores delanteros del mundo. Creó a César Azpilicueta como eficiente lateral izquierdo a pesar de ser diestro, y junto a Ivanovic y Cahill formaron una línea de 4 infranqueable para proteger primero a Cech, y luego a Courtois. En su primera temporada liguera, el Chelsea de Mourinho solo encajó 27 goles (0.71 p/p), 10 menos que el segundo clasificado en goles encajados, el Manchester City que se proclamó campeón de la Premier League. Durante la temporada pasada, la 2014/2015, el Chelsea volvió a ser el equipo menos goleado con 32 goles encajados (0,84 p/p) lo que este año si le sirvió para ganar la Premier League con cierta suficiencia.
Esa fiabilidad es la que se ha perdido este año, solo en Premier League, el equipo del SW6 de Londres ha encajado en las 16 jornadas disputadas bajo las órdenes de Mourinho 26 goles (1,63 p/p) casi el doble de goles encajados de promedio que en su primera campaña. No ha habido solidez defensiva, el sistema colectivo de presión y ayudas no ha funcionado en ningún partido, y el rendimiento individual de los jugadores ha estado por debajo. Ni Ivanovic, ni Cahill, ni Terry han logrado mantener un digno nivel de competición y sus fallos individuales han penalizado al equipo. Mourinho, en busca de una línea defensiva consistente varió las piezas, así hemos visto como Zouma ha sido lateral derecho en varios partidos y central en otros, la pareja Cahill – Terry ha tenido groseros fallos de concentración, la incorporación de Baba Rahman al lateral izquierdo no ha sido positiva, y las probaturas de Kenedy en ese lateral tampoco han sido mejores. El extraño fichaje de Djilobodji para el centro de la defensa no ha tenido minutos durante estos meses de competición.
Falta de liderazgo
La vieja guardia del Chelsea de la primera época de Mourinho ha ido abandonando el barco debido a la competencia en el equipo o a la edad. Frank Lampard, segundo capitán y máximo goleador de la historia blue abandonó el equipo tras no renovar su vinculación tras el fin de la temporada 2013/2014. El mediocampista inglés firmó con el NY City que lo cedió al Manchester City donde jugó la pasada temporada antes de emigrar al fútbol de la MLS el pasado verano. Petr Cech, eclipsado tras la sombra de Thibaut Courtois pidió el traspaso a José Mourinho, su destino, el vecino Arsenal del archienemigo Wenger que aún debe estar dando gracias a los dioses por tener en su portería un portero de verdad. Didier Drogba fue repatriado por Mourinho para la pasada temporada, el costamarfileño acabó su vinculación en Turquía y aceptó el regreso a Stamford Bridge. El elefante se llevó como recuerdo dos títulos más a su extenso palmarés y ayudó al equipo con 7 goles a sus 36 años.
Tras la marcha de estos tres líderes de vestuario que aportaban veteranía, liderazgo y consenso, el equipo se ha quedado solo con la figura del eterno capitán, John Terry. El ’26’ no ha sabido llevar él solo la carga de un vestuario con mucha estrella, mucho ego y en el que no se ha sabido inculcar esta campaña el ‘nosotros‘ por encima del egoísmo propio tan dañino en este deporte de equipo.
Estrella estrellada
No éramos pocos los que pensábamos en Eden Hazard como relevo a corto plazo de la bicefalia futbolística de Messi y Ronaldo. El belga partiendo desde banda izquierda siempre demostró velocidad, uno contra uno, visión de juego, precisión y gol. Un mediapunta con todas las virtudes para triunfar en el fútbol y un entrenador que siempre supo sacar lo mejor de todos sus jugadores. En la primera campaña con Mourinho en el banquillo, Hazard marcó 17 goles y dio 10 pases de gol. En la 2014/2015 mejoró su cifra marcando 19 goles y repartiendo 13 asistencias. Durante este verano, el preparador portugués exigió que Hazard debía de subir sus cifras goleadoras para optar algún día al Balón de Oro, pero lejos de dar un paso adelante, el belga ha dado diez hacia atrás. En los 24 partidos disputados por el belga durante la presente campaña, en casi 2.000 minutos de juego, solo ha sido capaz de dar 3 asistencias y no ha marcado ningún gol a pesar de ser el lanzador de penaltis del Chelsea. Por si fuera poco, tuvo el dudoso honor de fallar el penalti decisivo en la tanda de penaltis frente al Stoke City en la Copa de la Liga que eliminó al Chelsea de la defensa del campeonato.
Fallo en el sistema central
La sala de máquinas del centro del campo, organismo principal para el desarrollo del juego y el ataque ha sufrido durante la presente temporada una mutación. El llamado líder del centro del campo, Cesc Fàbregas, no ha aparecido en esta temporada ni, podríamos decir, en todo el 2015. Su llegada a Londres demostró sus mejores virtudes, mostrando su juego rápido, a un toque, vertical, preciso y se le asignó el papel de líder de la estrategia londinense. Los réditos en estas jugadas ofensivas siempre fueron santo y seña del sistema Mourinho, sumar a uno de los mejores asistentes del fútbol actual, junto al poder de remate ofensivo de los Cahill, Terry, Zouma, Ivanovic, Matic, Costa era como sumar el 1+1 en el fútbol. Esa fórmula funcionó perfectamente durante el primer tramo de la temporada pasada en la que el Chelsea fue el mejor equipo de Inglaterra y uno de los mejores equipos del momento. Con el cambio de año, Cesc Fàbregas bajó su nivel, aunque el buen momento de Matic y las apariciones esporádicas de Ramires disimularon el bajo momento de forma del catalán. Esta temporada, el 4 comenzó de titular, pero sus pobres actuaciones y su nula incidencia en el juego le dejaron fuera del equipo en numerosos encuentros. Las soluciones no eran muchos mejores, el voluntarioso y trabajador Obi Mikel, nulo para crear juego ofensivo, o el siempre alocado Ramires, al que Mourinho nunca vió como pivote central debido a su poco rigor táctico y a sus alocadas cabalgadas dejando desguarnecido su puesto. La alternativa canterana de Ruben Loftus-Cheek no ha sido tomada en cuenta para dirigir el juego del transatlántico londinense.
La caída del muro de Stamford Bridge
Si por algo han destacado los equipos de Mourinho, ha sido por su solidez como conjunto local. Este dato entrenando al Chelsea ha sido más positivo aún, ya que sumando ambas etapas, en sus 100 primeros partidos como local en Premier League en el estadio de Stamford Bridge, el entrenador portugués solo perdió dos partidos como local, el primero fue contra el Sunderland que se jugaba la vida durante la primera temporada de la segunda etapa del portugués en Londres, en la 2013/2014. La segunda derrota se produjo en el centenario de Mourinho como local, cuando el Crystal Palace de Pardew derrotó por 1-2 al Chelsea.
Es durante la presente campaña, cuando el Chelsea ha cosechados sus peores números como local en las campañas que el entrenador portugués ha estado al frente del Chelsea. En los 8 partidos disputados de local, el Chelsea solo ha logrado 10 puntos de los 24 posibles, ha ganado a Arsenal, Aston Villa y Norwich, ha empatado frente al Swansea en la jornada inaugural y ha perdido hasta 4 partidos. 1-2 ante el Crystal Palace, 1-3 ante el Southampton, 1-3 ante el Liverpool y 0-1 ante el Bournemouth.
El eterno problema del delantero centro
Se fueron Torres, Eto’o y Demba Ba en la primera temporada, vinieron Diego Costa, Remy y Drogba, se fue el costamarfileño y llegó Falcao como recambio para esta temporada, y de todos ellos el único que respondió a las expectativas creadas ha sido Diego Costa durante su primer año. La asignatura pendiente del ‘9’ ha sido el talón de aquiles de Mourinho, no supo o no pudo implicar el acierto goleador de sus trequartistas a sus delanteros, siempre solos, siempre en punta de lanza, y siempre haciendo un desgaste elevado en pos de dificultar el juego del rival cuando el Chelsea esperaba replegado los contragolpes. A pesar de esta dificultad, al conjunto de Londres no le había costado hacer goles tanto como le está costando durante la presente campaña, en la que solo lleva anotados 18 goles en los 16 partidos de Premier League (1.13 p/p), en la pasada temporada donde se proclamó campeón de Premier League, el Chelsea acabó con 73 goles (1,92 p/p) y en la anterior campaña, la 2013/2014 acabó con 71 goles (1,87 p/p).
Toledo / Madrid | Fui uno de los 47.000 que estuvo en la despedida de Paolo Maldini [31 de mayo de 2009 (Artemio Franchi)] | Gestionando la información del Atlético de Madrid en @atletisphera y dándome el gusto con @fulhamsphera.
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