Líder en solitario después de dieciséis años en la séptima jornada de la Serie A, el conjunto de Paulo Suosa encanta por su juego y por su trabajo táctico. Con cuatro goles al Inter y dos al Milan en la primera jornada, la Fiorentina ha fulminado los nuevos proyectos de Mancini y Mihajlovic mostrándose cómo la revelación de la primera parte del campeonato. El entrenador portugués ha sabido dar su toque a una idea exitosa que tenía la seña de identidad de Montella, y lo ha mejorado dándole una mayor solidez defensiva y volviendo al equipo más vertical. Todo sumando el gran momento de Kalinic y Marcos Alonso.
Entrando en el análisis, el cambio más notorio que ha sufrido la viola con respecto a la temporada anterior es la verticalidad del juego y la agresividad arriba. Presión a todo campo, defensa más alta (la línea de fuera de juego ha pasado de situarse a 22,7 metros de su portería a 28,7) y un juego más directo con posesión del balón. Esta nueva idea viene plasmada en un ‘novedoso’ 3-4-2-1 en el que tienen cabida dos mediapuntas. Sousa, que sabe la fortaleza de su plantilla está en jugadores técnicos que son peligrosos en zona de tres cuartos, ha creado un sistema en el que los ‘jugones’ tengan más protagonismo: Ilicic, Borja Valero, Bernardeschi, Mati Fernández, Verdú e incluso Giuseppe Rossi pueden actuar en esa posición. Si se presiona alto, se recupera el balón antes y los ‘trequartistas’ reciben en posición de inventar. Para el resto piensan Kalinic o Babacar. Es lógico que en este guión se haya recuperado al mejor Borja Valero con 18 oportunidades creadas (el jugador con más pases clave del campeonato).
Este sistema sostenido en la presión alta sólo es válido si acompaña todo el equipo. Una defensa alta cae en riesgo de sufrir con balones a la espalda. Pero la nueva Fiorentina también tiene trabajado ese aspecto: los adversarios caen en fuera de juego una media de 3,57 por partido (1,86 más respecto al año pasado) y son la mejor defensa de Italia con sólo 4 goles recibidos (3 realizados por el Torino). Si se sabe defender lejos de tu portería y controlas la posesión es muy difícil que te hagan gol. De hecho, Tatarusanu, junto a Skorupski (Empoli), es el portero del campeonato que menos veces ha tenido que intervenir con 7 paradas.
Pero no todo son números, estas estadísticas exitosas responden a una idea clara de juego que también puede variar depende de las circunstancias. Así ocurrió en San Siro contra el Inter. En ese escenario, Sousa fue más precavido y optó por la pareja Vecino-Badelj en el centro para mantener el equipo unido y salir en velocidad. Plan B que arrasó al Inter en tan sólo 30 minutos. Porque esta Fiorentina 2.0 es camaleónica y también es incisiva por bandas. Defiende con tres atrás, Marcos Alonso y Blaszczykowski pueden lanzarse y aparecer mucho más en ataque para poner centros a Kalinic y Babacar. Una función determinante ya que el español lleva 2 goles y 2 asistencias y el polaco 1 diana.
La mejoría en ataque es notable en todos los aspectos, sobre ello destaca el porcentaje de acierto en la relación goles/tiros. Hace 365 días estaba en el 6%, hoy se ha disparado al 18%, el triple. Además, Rossi se está recuperando poco a poco y ya ha marcado su primer gol de la temporada en Europa League, Babacar está aportando (lleva 3 tantos) y hasta Verdú debuto con una diana en sus primeros treinta minutos con la casaca viola.
Números de equipo fuerte para un Paulo Suosa que acertó en no cancelar el trabajo realizado por Montella en los tres años anteriores. Hubiera sido fácil cerrar el ciclo recordando que tantos elogios por un buen fútbol no llevaron a ni un sólo título. Sin embargo el portugués no lo hizo, añadió sus ideas (mayor trabajo defensivo y pressing a todo el campo) a un proyecto que ya funcionaba (en los últimos 3 años acabó entre los cuatro primeros) y ha convencido a toda una ciudad a base de grandes victorias que se puede hacer algo grande. El entrenador viola no se pone límites, motiva a los suyos a ir más allá y luchar por un objetivo a priori inalcanzable. La ciudad y el equipo sueñan juntos, y esto, mirando la historia reciente de Florencia ya es un triunfo.