En Septiembre de 2014, cuando terminó el mercado de fichajes veraniego, un club en Inglaterra se distinguió del resto por sus incorporaciones de gran nombre: el Manchester United. Louis van Gaal logró contar con una plantilla que contenía figuras de la talla de Ángel Di María, Radamel Falcao, Robin van Persie, Wayne Rooney, Juan Mata y David De Gea. El matrimonio parecía ideal, técnico importante con jugadores importantes, parecía ser una ecuación que traería mucho éxito a los diablos rojos. No fue así.
Adelantamos el reloj unos meses y el resultado de esta mezcla, que en teoría lucia explosiva, fue sumamente decepcionante. Di María, Falcao y van Persie han abandonado el Manchester United, David De Gea está cerca de hacerlo, de momento, solo Rooney y Mata parecen tener su futuro asegurado en la entidad mancuniana. La colección de estrellas que congregó el United la temporada pasada ha sido desmembrada por Louis van Gaal, pero el técnico holandés no ha hecho esto por un tema de orgullo, su enfoque siempre ha sido en el funcionamiento colectivo del equipo y los números le dan la razón. Las temporadas de Di Maria, Falcao y van Persie estuvieron lejos de ser las mejores y elementos como Marouane Fellaini, Ashley Young y Ander Herrera fueron más importantes en el funcionamiento del United, que las estrellas previamente mencionadas.
Es tan claro este enfoque, que los fichajes que ha hecho el United este verano, no son más que una prueba evidente de la prioridad colectiva que quiere Louis van Gaal. Dos mediocampistas de contención para dar equilibrio al equipo (Bastian Schweinsteiger y Morgan Schneiderlin) y un lateral derecho cumplidor, efectivo y que puede jugar por ambas bandas (Matteo Darmian), Memphis Depay, es la rebeldía y excepción de este concepto colectivo y aun así en pretemporada, van Gaal ha buscado crear una química entre él y Wayne Rooney, colocando a Memphis más cerca del inglés, con el objetivo de que ambos lideren la delantera del equipo.
Otro ejemplo de esta visión, es la posible llegada de Pedro. El extremo canario del FC Barcelona llegaría para reemplazar a un Di María perdido y a pesar de que individualmente, Pedro no supera la calidad del argentino, su juego asociativo, viniendo de la estructura del Barcelona, su sacrificio y su capacidad de adaptarse a distintos roles, lo hace ideal para este nuevo equipo de van Gaal, en donde los egos quedan a un lado y la prioridad es el bienestar de todo el colectivo.
La contraparte es que la responsabilidad de van Gaal esta temporada crece con este enfoque, la presión queda enteramente de su lado. Fracasar con un equipo construido y liderado bajo sus propios axiomas y términos es lo que el holandés deberá evitar para que su estadía en Old Trafford no sea considerada una gran decepción.
La nueva versión del Manchester United, no tiene las mismas características galácticas que la versión del año pasado, pero cuenta con un sentido colectivo y asociativo que puede ser el camino ideal para que los diablos rojos vuelvan a ser protagonistas en el escenario futbolístico mundial, protagonismo que no tienen desde la salida de Sir Alex Ferguson.