Bárbara QUESADA | La Selección española vuelve a perder una buena oportunidad. Y ya van dos. Dos encuentros, ante Costa Rica y Brasil, en los que el combinado nacional quiso y no pudo. Volvió a faltar la suerte, esta vez ante una Brasil que siempre es peligrosa en el campo, aunque no tenga su mejor día. Les bastó a las brasileñas con un gol en el minuto 44 de Alves, tras un error defensivo, para contrarrestar el esfuerzo y trabajo del equipo español.
Intensidad, ganas y concentración derrocharon las nuestras al inicio del encuentro. Tanto es así que en los primeros 30 minutos se cambiaron los papeles, parecía Brasil la selección debutante y España la experimentada en campeonatos del mundo.
Volvió el estilo de la Selección
Ignacio Quereda entregó, en el segundo partido de la Selección, las bandas a Alexia Putellas y Marta Corredera en un recuperado 4-1-4-1, con Virginia Torrecilla en el centro del campo y Natalia Pablos como referencia ofensiva. Un sistema de juego que saca lo mejor de cada una. Torrecilla, que no jugó ante Costa Rica, ayudó en defensa a la vez que iniciaba el juego de la Selección. Por su parte, Natalia volvió a su posición natural, donde se desenvuelve como pez en el agua. Fue, precisamente, la delantera del Arsenal la que tuvo la primera del partido. En el minuto 7, aprovechó un perfecto servicio en largo de Alexia, que no logró rematar con acierto. Salió fuera sin demasiado peligro. Tras esta jugada y con el transcurso de los minutos, la Selección fue creyéndose capaz de conseguir algo grande, mientras que las brasileñas se encontraban desorientadas y sin saber qué hacer. Sólo había que fijarse en el duelo que Celia Jiménez, la más joven de la plantilla, venció a Marta, cinco veces campeona del Balón de Oro, para comprobar que España se había despojado de cualquier complejo. Convencimiento y concentración al 100%. Al igual que sucediera ante Costa Rica, estaba faltando el acierto de cara a portería. La superioridad española se tradujo en nerviosismo brasileño, y a punto estuvo de marcar en propia puerta Rafaelle, después del enésimo envío al área de Corredera.
Fallo defensivo
Pero cuando lo más complicado ya estaba hecho, cuando parecía que la gran labor de España se compensaría con un 0-0 al descanso, Andressa Alves se inventó un gol de la nada para dejar a nuestra selección agotada y sin recompensa. La atacante rival ganó la espalda a la defensa y, tras una mala salida de Ainhoa, empujó la pelota hacia la portería. Celia corrió y llegó a despejar, de manera muy forzada, el balón en línea de gol, pero solo sirvió para dar una nueva oportunidad a Alves, que esta vez sí que puso a las suyas por delante. «En cualquier mínimo fallo nos pueden crear peligro», decía Ainhoa Tirapu, y cuánta razón tenía. Las chicas se marcharon al vestuario con el 1-0 para Brasil.
Segunda parte sin ideas
España estaba obligada a reaccionar, pero el gol causó el efecto contrario. El dominio fue para las brasileñas que, en ocasiones, se transformó en acoso sobre el área de Ainhoa Tirapu. La portera del Athletic evitó el 2-0 con un gran manotazo ante un disparo de Alves. Pero no fue la única salvadora, ya que la defensa rojigualda logró neutralizar a Marta y Cristiane, lo que significó dejar viva a España durante el resto de partido.
Los tres cambios del míster, Priscila Borja, Silvia Meseguer y Sonia Bermúdez lograron dar un empujón al resto de jugadoras. Tanto es así que La Roja pudo empatar en los instantes finales del partido. Tres ocasiones claras que llegaron de las jugadoras recién salidas al verde. La primera, un centro de Priscila que logró tocar Natalia con la punta de la bota, pero que no fue suficiente para poner en tablas el partido. Poco después, un mano a mano que logró despejar Tamires a Vero Boquete, que estuvo poco acertada a lo largo de los 90 minutos. Y, por último, en el descuento Irene Paredes estrelló un balón al poste.
Finalmente, Brasil logró la primera plaza del grupo E y el pase directo a octavos, a costa de una Selección española que mereció, como mínimo, un empate. A pesar del mal sabor de boca, las internacionales están más convencidas que nunca de que se puede #SoñarEnGrande. Una victoria ante Corea el próximo miércoles, supondría el billete directo a la siguiente fase del Mundial.