Ponerse las pilas, poner energía en la realización de una acción. Eso es exactamente lo que ha hecho el Leicester en este tramo final de temporada de Premier League. Los Foxes han ganado seis de los últimos siete partidos de liga. Gracias a ello, el conjunto dirigido por Nigel Pearson ha logrado situarse tres puntos por encima del descenso. Hace seis jornadas esto era impensable. El Leicester era colista y estaba a siete puntos de la salvación. Gran reacción del equipo que ha sabido espabilar en el tramo más determinante, y ahora están a punto de alargar su estancia, por al menos un año, en la más alta competición inglesa.
Pocas veces se puede presenciar un resurgir tan espectacular. Lograr 18 puntos de 21 posibles es muy complicado, más todavía cuando la situación deportiva es complicada. Hace un mes la salvación era casi imposible, pero el Leicester ha tirado de corazón y de orgullo para salir adelante. Muy pocos equipos son capaces de firmar una remontada así. El West Ham de la temporada 2006-07, por ejemplo, con Tévez, Benayoun y Bobby Zamora a la cabeza, logró salvarse de forma épica también. En la jornada 34 estaban a cinco puntos de la permanencia, pero lograron salvarse. Más reciente es la salvación del Zaragoza en la temporada 2011-12. En la jornada 33, los maños se situaban a siete puntos de continuar en primera división, pero acabaron remontando.
Nigel Pearson ha sabido recargar la moral del equipo y subir la autoestima de una afición que veía, hasta hace nada, como su equipo se ahogaba en el pozo del descenso. A los Foxes les queda ahora sellar la remontada. El próximo sábado jugarán un partido crucial fuera de casa, ante un rival directo como es el Sunderland, y después se enfrentarán en casa al ya descendido QPR. Ese puede ser el colofón con el que el Leicester dé por terminada su épica y memorable salvación. Supieron ponerse las pilas en el momento preciso y ahora sólo les queda la guinda que certifique matemáticamente el objetivo.