Existe una generación de aficionados que crecieron en la década de los Noventa y en el inicio del nuevo milenio. Una generación que vivió una época del fútbol en general (como en anteriores años) en la que todo parecía más puro, más innato. Quizás sea la añoranza de lo pasado, de lo vivido con recuerdos agradables que, comparado con la actualidad, acaba desvirtualizándose.
El fútbol inglés marcó a muchos, y sigue marcando en la actualidad a todos aquellos que deciden invertir su tiempo en seguir a uno de los mejores torneos del fútbol europeo y mundial. Historia, cultura y otra visión del deporte rey. Así es Inglaterra, y para muchos nació un amor directo por su fútbol cuando todo parecía más romántico.
David Beckham es, sin duda, uno de los ilustres futbolistas ingleses que ayudaron a crear la firme relación de millones de aficionados por Inglaterra y su fútbol. Un jugador que siempre fue relacionado a lo extra-deportivo. Emparejado y después formalizando matrimonio con una famosa ex-cantante de las Spice Girls y convertido en un auténtico icono de la moda y la publicidad que, actualmente con sus 40 años, todavía mantiene.
Beckham marcó una época en las filas del Manchester United, junto a una generación conocida e idolatrada por muchos como la ‘generación del 92‘. Un futbolista que contaba con una pierna diestra exquisita, que le permitía realizar centros perfectos y lanzar faltas como pocos recuerdan en el lugar.
Un futbolista, sin duda, que siempre fue relacionado con el mundo de la moda y la publicidad. Pero en aquella época (1998-2003) no fue el único que destacó dentro y fuera de los terrenos de juego. Justo en la otra punta del país británico (Manchester-Londres) se encontraba otro icono mediático que, quizás, no llegó a los niveles de Beckham, no alcanzó el poderío mediático del inglés, pero sí arrastró a las masas más allá de los terrenos de juego.
En el Norte de Londres, por aquel entonces en el ya recordado estadio de Highbury, jugaba en las filas del Arsenal un futbolista sueco que, años después, fue comparado con el astro británico. Su nombre es Fredrik Ljungberg. En la actualidad, ya retirado, sigue siendo idolatrado por sus aficionados más aférrimos, ya que formó parte de uno de las mejores plantillas de la Historia del club londinensen y se convirtió, casi de forma automática, en un ídolo de masas.
Un jugador que no lo tuvo fácil en sus inicios, ya que Wenger realmente no parecía saber (no lo había visto en directo) cómo podría rendir. Pero todo salió bien. Muy bien. Ljunberg conseguiría en el fútbol inglés 7 títulos (2 Community Shield, 2 Premier League y 3 FA Cup) en la que, dicen, es la última gran etapa dorada de los Gunners en los últimos tiempos. Y fue así. Además, se convirtió en uno de los líderes de la Selección Sueca, compartiendo protagonismo con Zlatan Ibrahimovic sus últimos años, representando a su país en citas importantes como Eurocopas (2000, 2004 y 2008) y mundiales (2002 y 2006). Dejaría la selección por decisión propia en la cita europea de Austria y Suiza, en 2008.
Tras su etapa en el Arsenal firmaría por uno de sus vecinos, convirtiéndose en nuevo jugador del West Ham, donde estuvo sólo una temporada (2007/08). Las dos temporadas siguientes las pasaría en Estados Unidos, en dos equipos diferentes (Seattle Sounders y Chicago Fire), para luego volver al Reino Unido, pero no a Inglaterra, sino a las filas del histórico Celtic de Glasgow, donde también estuvo una temporada. Su último equipo fue el exótico Shimizu S-Pulse del fútbol japonés, donde colgaría las botas y pondría fin a una carrera mediática que tuvo absolutamente de todo. Sin embargo, años después de retirarse, volvería para iniciar una exótica etapa en la India, donde apenas tuvo relevancia, y donde estuvo su mayor parte del tiempo lesionado.
Pero el bueno de Ljunberg se convirtió en un icono publicitario y de la moda por su peculiar estilo. Un futbolista que era común a los cambios de look, incluyendo una cresta de color rosa/granate que le convertían en un futbolista diferente, que destacaba por encima del resto, y no sólo por sus grandes facultades con un balón en los pies. Los grandes éxitos del Arsenal muy posiblemente ayudaron a que su foco creciera más, pero muchos recuerdan todavía en la actualidad. Un tipo cuyo físico (aparentemente del Norte europeo) y facultades ante las cámaras le permitieron abrirse camino más allá de los terrenos de juego y que, precisamente por sus looks, ganó muchos adeptos, muchos fans que imitiban cada paso que daba.
Recordada fue su campaña publicitaria con Calvin Klein, que evidentemente pronto le convirtió en un icono publicitario por lo que, muchos, le etiquetaron como el ‘nuevo’ Beckham. Freddie Ljungberg se retiró en el año 2012, pero todavía hoy es idolatrado cuando se deja ver por el moderno Emirates Stadium. Él fue, durante una época, considerado el Beckham sueco que triunfaba, también, en el fútbol inglés.
Valencia, 1989. Productor Audiovisual. Cultura y fútbol Brit como forma de vida. Intento ir más allá de lo que veo. Tengo mucho que aprender, y es maravilloso.
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