Corría el verano de 1994, cuando nuestro protagonista decidió viajar a Oxford City para ver al West Ham, que jugaba allí un amistoso de pretemporada. Steve, auténtico aficionado ‘Hammer’, no podía perderse un sólo partido de su equipo y este no podía ser una excepción. Viajó en coche acompañado de dos amigos y de su pareja por aquel entonces. Había un buen ambiente en el Court Place Farm. Más de 2.000 personas se agolparon para ver al conjunto dirigido por Harry Redknapp. Para los seguidores del Oxford, un equipo de regional, era un placer ver de cerca a grandes jugadores de la época como Lee Chapman o Mike Marsh entre otros.
Aquel día Davies se mostró muy crítico con Lee Chapman. «Jugaba contra un defensa que era más bajo que él, pero acababa en el suelo cada vez que chocaban. Cuando se cayó por tercera vez, empecé a meterme con él«, explica en ‘Informe Robinson’ 21 años después. «Cada vez que atacábamos le gritaba: ‘‘¡Chapman, burro, levanta el culo!«, añade. La primera parte fue horrible para el West Ham a pesar de marcharse al vestuario ganando. No quedaban suplentes en el banquillo debido al gran número de lesionados y, para colmo, al comenzar la segunda mitad, Lee Chapman se lesiona y el conjunto de Londres se queda con 10 jugadores sobre el terreno de juego. A pesar de que su equipo estaba en inferioridad numérica, Steve se alegró y celebró que el delantero inglés abandonara el terreno de juego.
Fue entonces cuando llegó el acontecimiento más extraño y más raro de la historia del fútbol. «Redknapp se acercó a mí y me preguntó si creía que podía hacerlo mejor que Chapman«. Nuestro aficionado no lo dudó: «¡Por supuesto que sí«, le contestó. Steve se fue directo al vestuario donde le dejaron las botas y una camiseta con el 3 a la espalda. Después volvió al terreno de juego para recibir las instrucciones de Harry. «Me preguntó de qué jugaba y aunque solía jugar de defensa, para una vez que iba a jugar con el West Ham, le dije que de delantero«, relata Davies. Con más de 40 minutos por delante, nuestro protagonista saltó al campo para el asombro de sus amigos. Muy pocos de los allí presentes sabían la verdad ni siquiera el encargado de la megafonía que tuvo que preguntarle al propio Harry Redknapp quién era aquel chico que acababa de salir. «Harry, ¿quién es ese?«, le preguntó. «¿No has visto el Mundial? ¡Este es Tittyshev, el búlgaro!«, respondió el entrenador. Ahí nació la leyenda de Tittyshev recordada aún por muchos ‘hammers’.
Pero la historia no quedó ahí. Corría el minuto 72 cuando Steve cazó un balón en el área pequeña, fusiló al guardameta y anotó un golazo por toda la escuadra. La felicidad era enorme. Corría festejando el gol cuando de repente vio al linier con la bandera levantada y toda esa alegría se esfumó. El gol había sido anulado. Fue entonces cuando Davies se acercó al juez de línea y le dijo: «Te has cargado mi sueño, hijo de p***«. Al acabar el partido, nuestro aficionado se marchó al vestuario como un jugador más. «¿Me habéis fichado?«, le preguntó Steve Davies a Harry Redknapp. Harry le sonrió y finalmente Steve se fue con sus amigos aún incrédulos por lo sucedido.
Al llegar al barrio, nadie se creía la historia de Davies, hasta que dos días después del partido, un periódico local publicó la historia y las tres fotos realizadas por el entonces fotógrafo del West Ham que son la única prueba que confirma esta extraña y curiosa anécdota. En 2011, Redknapp publicó un libro con sus memorias en el que mencionó a la leyenda de Tittyshev y le dedicó un ejemplar firmado en el que ponía: «Fuiste mejor que Chapman«.
Futbolista por un día, eso es lo que fue Steve Davies en una tarde que no olvidará jamás y que es probable que no volvamos a ver.