Olga TORRES | En unas horas España tiene una cita crucial en el Mundial de Balonmano. De hecho, será la segunda cita crucial pero la sensación que tenemos todos es de ser la primera donde verdaderamente nos la estamos jugando. No es que no se respetase a Túnez, es que no se pensará que se podía caer en ese partido; simplemente las sensaciones eran más positivas. Ahora, a escaso tiempo del duelo ante Dinamarca, pueden ser más contradictorias.
Ya no vale pensar si es demasiado pronto para cruzarnos en su camino. Han sido el cuadro perfecto de los nuestros y los dos tropezones de los daneses los que lo han propiciado. Ni siquiera importa el recuerdo latente del tornado que arrasó a los daneses en la final del mundial del que ayer se cumplían dos años, el partido perfecto, o la última derrota en la segunda fase del pasado europeo, o que desde 2007 sólo se les haya derrotado en dos ocasiones a Hansen y compañía. Fuese como fuese eso ya no importa. Importa lo que está por venir… Y eso amigos es espectáculo del bueno.
Genial metáfora la que ofrecían los jugadores el pasado domingo, con la ya célebre foto post partido, donde todos remaban hacía el siguiente objetivo. Hoy España será una trainera que navegará por el Báltico, buscando el puerto de las semifinales.
Va a ser una travesía dura, donde habrá que ganar centímetro a centímetro la pista para conseguir el objetivo. Son dos modelos con muchas similitudes: porteros de los que ganan partidos, virtuosos desde los 7 metros y extremos certeros. Muchas son las cosas que nos acercan, lo dará más valor a los pequeño, a remar todos al mismo ritmo.
Puede que ellos tengan, a priori, mejores cañones para lanzar desde lejos, pero en eso en este mundial hemos mejorado bastante, elaboramos más, tenemos más hombres dispuestos a armar el brazo y algunos todavía no han ofrecido la mejor versión.
Si eso ocurre, si nos vamos a popa de nuestra trainera y miramos a la proa, es probable que ahí España salga ganando, porque no sólo tiene un muro de contención perfecto que siempre ha sido nuestro santo y seña, si no también por los avanzados más raudos de todo el evento catarí. Es ahí donde España está mejor preparados
Y veréis que no hemos hablado de nombres porque personalizar sería desvirtuar la mejor cualidad de los nuestros que es esa de ser un todo, un bloque, una cadena con todos los eslabones igual de engarzados. Todos remando al mismo ritmo en la trainera, donde todos los nombres se convierten en hombres que suman para lograr el objetivo.
Desde casa, desde la grada, grita que les llega: Rema España, rema…
