Todos los aspirantes señalaban, con buen criterio, a Marc Coma como el principal favorito para hacerse con su quinto título en el Dakar. Él, con decenas de miles de kilómetros a sus espaldas por los desiertos de todo el mundo, no pensaba en nombres: “El rival más difícil, el más peligroso, es la carrera”, sentenció antes de empezar.
Sabía de lo que hablaba. El recorrido de la edición 2015 estaba lleno de trampas. Mientras pilotos como Joan Barreda, Sam Sunderland, Toby Price o Matthias Walkner exhibían un ritmo endiablado, Coma se mantenía en un discreto segundo plano, reservando la mecánica de su KTM. Sin hacer demasiado ruido, se situaba en segunda posición de la general, acechando a Barreda.
Los dos españoles protagonizaron una bonita lucha, tal y como se anticipaba. Argentina y Chile les habían visto marcándose uno a otro, jugando con su rival, casi ajenos a la disputa por el tercer escalón del podio. Sin embargo, la llegada a Bolivia lo cambió todo.
El Salar de Uyuni ejerció de juez. La mayoría de los pilotos intentaron, en vano, conseguir la cancelación de la octava etapa debido a las duras condiciones climatológicas. La organización no dio su brazo a torcer, y el gran damnificado acabó siendo Joan Barreda, que perdió varias horas -y toda opción a la victoria final- tras llegar a meta remolcado por el chileno Jeremías Israel.
Sin arriesgar más de lo necesario, Coma se aupó al liderato. El portugués Paulo Gonçalves, compañero de Barreda en Honda, se convertía en la principal amenaza. Marc gestionó bien su ventaja en la general, y una penalización de 15 minutos al luso en la antepenúltima etapa permitió al español abordar las dos últimas jornadas con mayor tranquilidad.
Un solo triunfo parcial fue suficiente para convertirse en pentacampeón del Dakar, igualando a los míticos galos Cyril Despres y Cyril Neveu; y quedándose a sólo un título del récord absoluto en la categoría: las seis victorias de Stephane Peterhansel.
En el podio final ha estado escoltado por Paulo Gonçalves, que con el segundo puesto por fin logra el resultado de renombre que se le venía resistiendo en el Dakar; y por el australiano Toby Price, que a sus 27 años ha tenido un debut inmejorable en la prueba, erigiéndose como un nombre muy a tener en cuenta de cara al futuro; así como el chileno de 28 años Pablo Quintanilla, que se quedó a apenas 15 minutos del podio y que parece decidido a tomar el relevo de su compatriota ‘Chaleco’ López.
Laia Sanz, novena
Para los libros de historia quedará también la novena posición final de Laia Sanz, la primera mujer que se cuela en el ‘top ten’ de las dos ruedas, firmando un impresionante quinto puesto en la octava etapa, la más dura de todas. Ha concluido su quinto Dakar como segunda mejor Honda (tras Gonçalves) y, a sus 29 años, su techo resulta totalmente imposible de predecir.
Lo mejor de Laia es que, a estas alturas, ya solamente compite contra sí misma. Y, aun así, no deja de ganarse.
Muy destacable también la 16ª posición final del vasco Txomin Arana, que ha refrendado las buenas sensaciones ofrecidas en la edición anterior. Ha terminado mucho más arriba de lo que su moto le permitía soñar, y resulta razonable pensar que las marcas habrán estado muy atentas a su rendimiento.
Un puesto por detrás, Joan Barreda. El de Castellón sigue sin traducir en la general final el enorme rendimiento que ofrece un año tras otro. Aun así, cierra el Dakar 2015 con tres triunfos parciales más, que hubieran sido cuatro de no haber sido penalizado en la undécima etapa.
Acabaron también Rosa Romero, Antonio Gimeno, Domingo Fernández y Carlos Fernández; mientras que tuvieron que abandonar nombres ilustres como Jordi Viladoms, Joan Pedrero, Gerard Farrés o Miguel Puertas, así como Marc Guasch, Marc Pedrola, Manuel García y Dani Oliveras.
El peor momento del ‘raid’ fue el fallecimiento del piloto polaco Michal Hernik durante el transcurso de la tercera etapa por hipertermia y deshidratación. Una nueva víctima que no hace sino recordar el peligro de esta competición, la enorme valentía de todo aquel que decide inscribirse, y la inmensa proeza que supone llegar hasta el final.
Coches: Al Attiyah arrasa
Con hombres como Nani Roma, Stephane Peterhansel o Carlos Sainz descartados desde el principio, Nasser Al Attiyah no ha tenido rival para hacerse con su segundo Dakar. Cinco victorias de etapa han cimentado el triunfo del catarí, que terminó aventajando en más de media hora al sudafricano Giniel De Villiers para seguir extendiendo la racha triunfal de Mini.
El polaco Kryzstof Holowczyc logró hacerse con el tercer escalón del podio, gracias al abandono en la penúltima etapa del saudí Yazeed Alrajhi, la gran revelación de la categoría. En su primer Dakar –y sin haber probado el Toyota previamente-, Alrahji amenazaba la segunda posición de De Villiers cuando una avería le obligó a abandonar.
Entre los españoles, sólo pudo acabar el sempiterno Xavi Foj, que lo hizo en la 43ª posición. Por su parte, el andorrano Albert Llovera ha conseguido terminar la prueba en su tercer intento.
Camiones: Mardeev toma el relevo
Los rusos de Kamaz han reeditado el triplete logrado hace dos años, con los mismos integrantes que entonces. Sin embargo, en esta ocasión el ganador ha sido Ayrat Mardeev, que se ha impuesto a Eduard Nikolaev (ganador en 2013) y a Andrey Karginov (defensor del título). El español Pep Vila ha finalizado en 13ª posición, mientras Jordi Juvanteny lo ha hecho en la 37ª, logrando por duodécima vez el título en la subcategoría de 6×6.
Quads: Sonik resiste
Los abandonos del chileno Ignacio Casale y el uruguayo Sergio Lafuente durante la décima etapa dejaron en bandeja la victoria al polaco Rafal Sonik, que ya había sido tercero en 2009 y 2013, y segundo en 2014. Finalmente se impuso con casi tres horas sobre el argentino Jeremías González; con el boliviano Walter Nosiglia en tercer lugar. Ni Xavier Montero ni José Luis Espinosa lograron concluir la prueba, por lo que ningún español logró llegar a Buenos Aires en la categoría.
Después de un año esperando, las dos semanas de competición se han vuelto a hacer muy cortas. Pero el final de un Dakar no es más que el inicio del siguiente. En este 2015, un total de 406 vehículos tomaron la salida; pero solamente 207 lograron volver a Baradero (tanto motos como quads y coches han registrado un índice de abandonos superior al 50%).
Probablemente, la gran mayoría de aquellos que no han logrado culminar el ‘raid’ más duro del mundo estarán –o intentarán estar- en 2016. Nada como eso para explicar la magia de esta prueba. Una prueba cuya actual autoridad se sigue llamando Marc Coma. Y punto.
Burgos, 1987. Madrileño de adopción. Periodista deportivo 3.0. Motociclismo, por encima de cualquier piloto; y deporte, por encima de cualquier deportista o club. Licenciado en periodismo, aprendí en Eurosport. Ahora soy editor en motorpasionmoto.com y colaboro en Sphera Sports, Motorbike Magazine y Sport Motor motociclismo.
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