Cristiano Ronaldo ha sido el gran protagonista de la prensa deportiva tras la consecución de su tercer Balón de Oro. Pocos han sido los que han laureado de tal manera a Nadine Kessler, jugadora del Wolfsburgo, que, minutos antes de que el portugués recogiera su galardón más deseado, se convertía en la mejor futbolista del planeta. Además de ello, superó a sus dos rivales, Marta da Silva y Abby Wambach, que ya conocían lo que era ganar el FIFA World Player.
Nadine Kessler (1988, Landstuhl) es alemana y ayer se convirtió en ‘la chica de oro’. Un gran reconocimiento a toda una vida dedicada a su pasión: el fútbol. Su padre, entrenador y jugador, le inculcó la pasión por este deporte hasta convertirlo en pan de cada día. Su sueño era ser jugadora de fútbol profesional, aunque no abandonó sus estudios hasta que terminó la universidad.
A los 17 años, una joven Nadine Kessler firmó su primer contrato profesional. Después de pasar por equipos menores como el SV Herschberg, el SV Hermersberg, SC Weselberg o el FC Saarbrücken, se introdujo en el vestuario de conjuntos como el FFC Turbine Potsdam y, desde el año 2011, en el Wolfsburgo, equipo en el que milita actualmente. La centrocampista germana consiguió el pasado año numerosos títulos con el conjunto alemán, entre los que destaca la Bundesliga y la Champions League.
Méritos que han sido recompensados justamente por la FIFA, que le han transformado en la mejor jugadora del mundo. Además de los colectivos, Nadine Kessler fue MVP de la final de la Champions League femenina y, como galardón previo a ganar el FIFA World Player, la internacional alemana recibió el premio individual a la Mejor Jugadora de Europa el pasado año.
Un premio al trabajo y al sacrificio por hacerse un hueco en un deporte dominado, principalmente, por hombres y donde la mujer sigue teniendo un protagonismo ínfimo y residual. El nombre Nadine Kessler ya ha entrado en la historia del fútbol. Sueño cumplido, y es que Nadine puede decir hoy que también es Balón de Oro.