Sergio Agüero podría estar ya, sin lugar a dudas, entre los mejores jugadores históricos del Manchester City. Su nivel goleador, su trabajo con los defensas rivales y su rendimiento deportivo le colocan entre los mejores delanteros del fútbol mundial.
Las cifras del delantero argentino son incuestionables. Su etapa en Manchester está vibrando como nunca, su trayectoria en Inglaterra vive, quizás, su momento álgido, y la importancia para los suyos se está convirtiendo en algo casi vital para Manuel Pellegrini.
Una semana fantástica, llena de goles, llena de puntos para los suyos. Quizás se pueda estar presenciando el mejor estado de forma en la carrera de Sergio Agüero, y las estadísticas del albiceleste sólo hacen que apoyar esta teoría.
En la última semana (siete días para los poetas) el Manchester City ha ganado a Bayern de Múnich, Southampton y Sunderland. Tres encuentros difíciles, cada uno en su ámbito, en su localización particular. Y todos con la explosión goleadora de los Citizens como claro protagonista.
Ya ocurrió en el Etihad Stadium, cuando los bávaros capitaneados por Pep Guardiola aterrizaban en la ciudad de Manchester para asaltar territorio hostil. Pero un tramo final fantabuloso, fantástico, de Agüero convertiría lo que era una derrota en una victoria para seguir con vida deportiva, para seguir con posibilidades de clasficación. Dos errores al final que servirían para cerrar el hat-trick de Agüero, que fue alzado hacia el cielo inglés como el héroe de una noche mágica, que permite seguir soñando.
El pasado domingo en el St. Mary’s de Southampton Agüero no marcaría, no sería protagonista en su faceta más característica, pero sería determinante, siempre es determinante, desde la parcela de las asistencias, con dos, participante en los goles de Yaya Toure y Gael Clichy. Cumplía 100 partidos de Premier League, e incluso fue protagonista al ver amarilla por, según opinión del árbitro, tirarse dentro del área. Pero no. Era penalti, quizás el más grande del fin de semana, pero no lo vio como tal el colegiado y se quedó sin marcar.
Venía Agüero de un hat-trick maravilloso en Champions League contra el Bayern de Múnich, de dar dos asistencias en Southampton, y el Manchester City debía seguir peleando por sacar puntos en su batalla por recortar distancias con el líder Chelsea. Ese era el objetivo en el Stadium Of Light, contra el Sunderland. Pellegrini es consciente de que cuenta en sus filas con uno de los mejores delanteros del mundo, y que además está enchufado, vive un estratosférico estado de forma.
Y así fue. Los Citizens golearon por 1-4, cerrando así 7 días fantásticos, pero no menos importantes para Sergio Agüero, que conseguiría 2 goles más en su cuenta individual, sumando ya 14 goles en 14 jornadas, y otra asistencia más. Una goleada que supondría 3 puntos más, pero no suficientes debido al triunfo del Chelsea en el Bridge en el derbi londinense contra el Tottenham.
El mejor delantero del torneo, tanto a nivel goleador como a nivel de asistencias. Un jugador que es medio equipo, un atacante demoledor, que utiliza su tren inferior como pocos para sacar ventajas ante los rivales, que está definiendo de forma absoluta y rotunda, y que va camino del récord goleador del campeonato inglés, impuesto en los 31 goles.
Todo el mundo habla de él, de su rendimiento, de su determinación sobre los terrenos de juego. Y no es para menos.