Pasar de contar en tu delantera con Matri, Anelka, Bendtner, Quagliarella, Borriello u Osvaldo a hacerlo con Tévez, Llorente, Morata, Giovinco o un joven y prometedor talento como Coman, con todos los respetos para los primeros, no es algo que suceda todos los días.
Y es que ahí reside uno de los grandes aciertos de la Juventus en los últimos tiempos. Si nos fijamos en los números, vemos que hasta la temporada pasada, cuando llegaron Tévez y Llorente a Turín, a la Juve le faltaba un delantero que fuese una referencia en ataque, no tanto a nivel de juego como a nivel de goles.
Algunos datos. En la temporada 2011-12, la del primer Scudetto de la Era Conte, Alessandro Matri, Mirko Vucinic y Claudio Marchisio hicieron 10 goles respectivamente entre campeonato y Coppa Italia. Como vemos, el reparto de goles estaba muy dividido pero no existía un jugador que asegurara unos 15-20 goles por temporada.
En la temporada siguiente, la 2012-13, los números mejoraron algo pero seguían sin ser todo lo buenos que se esperaba, más teniendo en cuenta que la Juve en aquella temporada participó en la Champions League y llegó hasta Cuartos de Final. El máximo goleador bianconero de la temporada fue Mirko Vucinic con 13 goles en todas las competiciones, seguido por Fabio Quagliarella con 12, Sebastian Giovinco con 11, Arturo Vidal con 10 y Alessandro Matri con 9. Números insuficientes para un equipo que aspira a ser top europeo y a estar todos los años entre los 8 primeros de Europa.
El verano pasado, por fin, se dio el salto de calidad definitivo. Muchas eran las reticencias cuando aterrizaron en Caselle Tévez y Llorente, sobre todo a nivel mediático, uno por haber dejado de ser protagonista en Manchester y el otro por haber sido dado de lado en el Athletic por temas extradeportivos. Aun así, la tifoseria bianconera recibió ambos fichajes con mucha ilusión y sendos baños de masas en pleno verano tras años pidiendo la llegada de algún delantero de talla mundial.
El hecho es que, ya en su primera temporada, ni Carlitos ni Fernando defraudaron. Al segundo le costó entrar algo más que al primero, pero lo cierto es que los números hablan por sí solos: 21 goles para el argentino en todas las competiciones, 18 para el español y otros 18 para un Arturo Vidal que, pese a no brillar tanto como en las dos temporadas anteriores, sí lo hizo en fase de realización. Pero no solo destacaron por los goles marcados, ya que si nos fijamos en el número de asistencias, vemos que la influencia de Tévez y Llorente fue también fundamental en este sentido: 8 en total partieron de los pies del de Fuerte Apache y 5 de los del navarro.
La última vez que dos delanteros de la Juve rozaron una cifra parecida fue en la temporada 2007-08, la de la vuelta a la Serie A, cuando Alessandro Del Piero, Capocannoniere aquel año, hizo 21 goles en campeonato (24 si contamos los de Coppa) y David Trezeguet 20. Dos mitos para los que sobran las palabras.
Y la dinámica parece que continúa también esta temporada. 12 son ya los goles de un Tévez enchufadísimo, tanto que por fin se ganó la vuelta con su selección tras 4 años de ausencia. Por su parte, Llorente no parece estar tan acertado como el año pasado, pero sus 4 goles han sido fundamentales hasta ahora, en especial el último para abrir la lata en el Swedbank Stadion de Malmö. Así como los 4 de un Morata que, a causa de la lesión sufrida a principios de temporada y pese a no estar teniendo mucho espacio, aprovecha el que tiene al máximo.
Todo ello unido al restyling táctico propuesto por Allegri, que parece haber dejado a un lado el vetusto 3-5-2 para pasar a un más dinámico 4-3-1-2. Y los números hasta ahora lo avalan: 4 partidos con el nuevo sistema, 4 victorias, 15 goles realizados y solo 2 encajados, ambos contra Olympiacos.
Buenos números, buenos resultados y un ataque que por fin vuelve a marcar la diferencia para un equipo que aspira a todo. Y para hacerlo hay que superar partidos delicados como el de este domingo, el siempre esperadísimo Derby della Mole contra el Torino. Y si lo gana, la Juventus cerrará un mes de noviembre redondo y un primer tercio de temporada para enmarcar.