Todavía no se ha cumplido un año desde que José Luis Morales fuese nombrado mejor jugador de la Liga Adelante en diciembre de 2013, cuando la andadura de su por aquel entonces equipo, el Eibar, comenzaba a no ser flor de un día. Vaya que si no lo fue. El extremo madrileño ayudó bastante en el histórico ascenso del cuadro armero a la Liga BBVA. Desde la distancia, los aficionados del Levante trataban de ver las evoluciones del jugador al que el club había cedido. La cosa pintaba así: un jugador del filial con 26 años, renovado hasta 2015 hacía unos meses y con la cláusula de formar parte del primer equipo en la temporada siguiente. Algo tenía que haber en un chico que no había debutado con el primer equipo y que se había ganado la plaza por contrato.
Su fantástico año en el Eibar sirivió para disipar esas dudas, para haberse ganado crédito suficiente como para pelear por el puesto con toda justicia. Y la competencia no iba a ser fácil ya que dos de los mejores jugadores del equipo podían actuar en su posición y, además, el club, contrató a un experimentado jugador en la Liga como Gavilán.
Pero Morales, durante la pretemporada, les pasó a todos por encima. Fue el futbolista más destacado durante la etapa de preparación estival gracias a su desborde y gol.
Los problemas físicos de Rubén y Gavilán, junto al rendimiento concreto de Ivanschitz como hombre de banda, le dieron muchos minutos a Morales en su zona natural y, en medio de la paupérrima cosecha del Levante con Mendilíbar, su rendimiento fue el más acorde a la categoría de entre todos sus compañeros. Tal era el impacto de Morales en el juego del Levante, que su nombre era el reclamado por la grada cuando de manera inesperada, no figuraba en el once ¿cómo no podía ser de la partida el chico más en forma del equipo?
El cambio de entrenador le ha restado minutos hasta ahora. Sólo ha sido titular en la aplastante derrota en Vigo y fue cambiado al descanso. El resto de participaciones de Morales bajo las órdenes de Alcaraz han sido siempre como uno de los jugadores que han salido del banquillo.
Sin estar en la cabeza del técnico, sólo como espectador, es fácil vislumbrar que este Levante, como Plan A, no lleva a cabo ‘el vértigo’ que un jugador del perfil de Morales ha dado al equipo granota hasta ahora. Su rol, sin ser residual, podría pasar a ser como el que vimos ayer en el derby valenciano: un jugador que con su explosividad dé al equipo una salida en momentos de agobio.
Sólo dos minutos desde su salida hasta que reventó el partido con el golazo de la jornada (sí, pasando por encima de cualquiera de los tres históricos de Leo Messi).
Queda aún Liga para ver cómo evoluciona el extremo madrileño con el reto de sumar para que el Levante firma la permanencia y con las energías renovadas en todos los estamentos tras el cambio de dinámica que ha mostrado el primer equipo. Morales, que estuvo a las malas, seguro que disfrutará mucho más a partir de ahora.