Es una de las sensaciones de nuestra Liga. Tiene la capacidad poco común de engalanar el fútbol y a la vez hacerlo efectivo. André Gomes juega a este deporte presentando cajas de regalo con envoltorio y sorpresa. Ofrendas y agasajos formados con lazos de cascada, moños o cintas decorativas. Es de esos jugadores que, a pesar de saber que el detalle es lo importante, no rehúsa en emperifollar y ataviar el embalaje. A una zancada soberana le acompaña una finura propia de un superclase. Podría con solo 21 años sentarse en silla de oficina de cuero negro y detrás del tablero de trabajo explicar a los aprendices cómo controlar un balón, cómo mantenerlo pegado al pie, cómo abarcar campo cual mastodonte por la sabana y cómo romper líneas contrarias pisando nubes. Con esa delicadeza algunos babearían.
El portugués se ha ganado el corazón de Mestalla a la velocidad de la pólvora. Su protagonismo ha ido amplificándose con la suma de minutos hasta convertirse en la actualidad en un futbolista casi irremplazable en el esquema de Nuno Espirito Santo. Atrás quedaron las dudas avivadas por su corta experiencia en el fútbol de élite. El presente habla de la compra de Peter Lim y de lo que supone para el pelotero luso. Comprado por Meriton Hondings Limited hace casi un año, el Valencia y el magnate de Singapur acordaron que si la venta acababa materializándose, André Gomes y Rodrigo serían a todos los efectos jugadores del Valencia CF. Y así será. A partir del 30 de junio de 2015 el portugués y el delantero español serán propiedad del club las próximas cuatro temporadas.
La ausencia del apuesto jugador lusitano en Riazor desnudó el centro del campo del Valencia y manifestó con voz grave de barítono la importancia de Gomes en el equipo. Sin su centelleo y resplandor, Parejo aminoró y el Dépor tuvo fácil ponerle la soga al cuello al Valencia. Desde A Coruña ya se empieza a hablar de ‘Andredependencia’.
André es de esos jugadores por los que no duele romper la hucha. Verlo en el campo merece la pena aunque se tenga que hacer migas el cerdito al que siempre tuvimos tanto apego e inclinación. Su zanca o marcha sobre la llanura recuerda a futbolistas que se convirtieron en leyendas con el paso de los años. A ese distinguido y refinado paso se le suma una altura propia de un modelo de pasarela. Si antes del 18 de septiembre hubiera pasado alguna agencia por Mestalla, la “Milán Fashion Week” hubiera querido contar con André para lucir las tendencias de la próxima Primavera-Verano 2015. Elegancia ítalo-portuguesa.
Lo que más sorprende de Gomes es la enjundia futbolística adquirida en cuatro telediarios. Se echa el equipo a la espalda como si de un veterano se tratara y como si llevara en Valencia desde que la generación del 83 cumpliera la comunión. Clase tiene para regalar en flyers firmados en cada esquina de las discotecas de playa, pero además tiene un gran disparo y gol. El Valencia disfruta de una de las grandes perlas del fútbol europeo y tiene decidido ponerle un candado millonario para blindarlo por muchos años. Su gente se frota las manos pero lo que no sabe es que lo realmente apasionante de André Gomes está por llegar.