Dinamarca ha logrado su cuarto título consecutivo en el Mundial de balonmano, derrotando a Croacia por 26-32 en la final celebrada en Oslo. Este logro histórico convierte a Dinamarca en la primera selección en ganar cuatro títulos mundiales seguidos. La superioridad danesa se hizo evidente desde el inicio, con un ritmo implacable que dejó a Croacia sin opciones de remontada.
El éxito de Dinamarca se debe en gran medida a su sólida defensa y a la espectacular actuación de su portero, Emil Nielsen. El lateral derecho Matias Gidsel fue el verdadero héroe del partido, anotando diez goles y liderando a su equipo con una actuación destacada que le valió el título de MVP del torneo. La combinación de una defensa contundente y un ataque letal hizo que Dinamarca fuera prácticamente imbatible a lo largo del campeonato.
Croacia, que regresaba a una final de Mundial después de 16 años, intentó dar la sorpresa pero no pudo superar la barrera danesa. A pesar de contar con el apoyo del público y de haber logrado una victoria épica en cuartos de final contra Hungría, los croatas no pudieron mantener el ritmo de Dinamarca. Ivan Martinovic y otros jugadores destacados intentaron acortar la distancia, pero la ventaja danesa fue demasiado grande para ser superada.
La victoria de Dinamarca refuerza su posición como potencia del balonmano mundial. A pesar de la retirada de figuras como Niklas Landin y Mikkel Hansen, Dinamarca sigue siendo el equipo a batir. Con Gidsel y Nielsen a la cabeza, el futuro del balonmano danés parece más brillante que nunca, y su dominio en el deporte no muestra signos de debilitarse