Hasta los más grandes tropiezan en su camino. Pep Guardiola, el arquitecto que llevó al Manchester City a la cima del fútbol mundial, se enfrenta a una temporada donde las luces de la gloria parecen apagarse. El empate |2-2| contra el Brentford en el Gtech Community Stadium no solo dejó escapar dos puntos, sino que evidenció la situación de un equipo que lucha contra sus propios fantasmas. El entrenador catalán está viviendo en un momento en el que los aplausos se han convertido en murmullos, en el que cada pase parece haberse convertido en duda. Pero si algo nos han enseñado las historias de héroes, es que están preparados para salir de las más temidas profundidades.
Desde 2016, Guardiola ha convertido al City en un ejemplo de precisión: 707 goles en 286 partidos de Premier League, con un 73,4% de victorias. Pero esta temporada, el equipo es sexto en la tabla, fuera de los puestos de Champions, y las estadísticas que antes brillaban ahora son un eco de tiempos mejores.
La ausencia de Rodri, eje táctico y emocional, ha sido un golpe profundo. Sin él, la presión y la posesión que definían al City se han diluido. Las transiciones defensivas, impecables en otros años, parecen estar debilitadas, y lo que antes era una máquina imparable ahora parece estar buscando su identidad.
Sin embargo, la historia de Guardiola nunca ha sido un camino fácil. En el Barcelona, reinventó el fútbol tras momentos oscuros; en el Bayern, aprendió a lidiar con las críticas. Ahora, en el City, su reto es mayor: recuperar una ilusión que parecía no poder diluirse.
Este momento no borra los 18 títulos que ha levantado con los citizens: seis títulos de la Premier League, una Champions y cuatro Copas de la Liga, entre otros. Tampoco anula las noches en que redefinió el fútbol. Guardiola no es solo un entrenador; es un escultor de sueños, capaz de transformar las caídas en renacimientos.
El pozo es profundo, pero Guardiola siempre ha hecho del ascenso un arte. Los verdaderos héroes no se miden por los trofeos que acumulan, sino por su capacidad de levantarse en los momentos más difíciles. Pep todavía tiene mucho que ofrecer, y el Manchester City aún tiene camino por delante. Su historia sigue escribiéndose en busca de un nuevo impulso renovado que haga de nuevo vibrar a los citizens.
