Llegaba España al duelo ante Dinamarca de la tercera jornada de la Nations League con demasiadas bajas sensibles con las lesiones de Rodri, Dani Carvajal, Dani Olmo, Nico Williams, Unai Simón y Robin Le Normand. Un total de seis titulares en el once que alineó De la Fuente en la final de la Eurocopa en el pasado mes de julio estaban ausentes. Algo que creaba bastantes dudas antes de que arrancara el partido.
El estadio de la Condomina sí se vistió de gala para apoyar a la Roja. Y allí transcurrió un partido donde a España le faltaron sus piezas imprescindibles, haciéndose palpable en el terreno de juego con una maquinaria que no funcionaba como de costumbre. El cuadro danés, sabedor de ello, fue un incordio y se comprometió en el cometido de no dejar fluir al conjunto español, defender su área y buscar la velocidad para intentar atacar la portería de David Raya.
España dominaba la posesión del balón, estaba errática en la efectividad y le faltaba más ritmo para llevarse el encuentro. De la Fuente agitó la coctelera y España empezó a vivir en área rival para no conformarse con un empate. Con insistencia, la Roja encontró un derechazo de Zubimendi desde fuera del área. Un protagonista inesperado que asumió el difícil reto de sustituir a Rodri, uno de los mejores jugadores de la selección y batuta del argumento de España. El centrocampista de la Real Sociedad aprobó con nota la prueba, siendo la brújula y dándole los tres puntos que ubican al cuadro español en el liderato de su grupo. Este martes, otro examen ante Serbia.
