Allá por el mes de agosto, pocos se imaginaban que el Valencia de Rubén Baraja iba a tener un año futbolístico con tan poco sufrimiento. Pero lo que no imaginaba ni el más optimista es que se estuviese con opciones matemáticas de clasificarse para competición europea hasta la jornada 36. Hay que poner en perspectiva lo que se ha conseguido viniendo de donde se venía. El Pipo y su grupo de chavales han dado un paso al frente y han demostrado que hay base -si no la desmantelan- en la que poder confiar. A pesar del horrible sabor de boca que ha dejado el tramo final (2 puntos de 21), no debería encapuchar el buen trabajo de todos desde la pretemporada. Eso sí, un club como el Valencia CF no debe celebrar ni conformarse con una novena posición. Nunca. A nivel histórico, el lugar que le corresponde es estar entre los cuatro mejores de la Liga y se debería exigir, desde dentro, volver a tener herramientas para llegar de nuevo al lugar que jamás debió abandonar. Pero ya sabemos cómo funciona este circo capitaneado por el sátrapa e indeseable de Singapur. Volviendo a lo logrado, llegó el final de temporada y es momento de balance. De valorar con la mayor honestidad el rendimiento de cada uno de los integrantes de la plantilla.
Mamardashvili: El MVP de la temporada. El mejor portero de LaLiga. Sostuvo al Valencia en casi todos los partidos y le dio a su equipo una barbaridad de puntos. Debería ser intransferible para levantar un equipo a su espalda. Su nivel fue estratosférico. Tiene un abanico de milagros que ya son historia. Uno de los 4 fantásticos e intocables. Absolutamente fundamental y decisivo. Lamentablemente, será casi imposible retenerlo sin tener el premio de jugar Europa. Eso sí, no escucharía ofertas por menos de 60M€. Al mejor hay que valorarlo. Me da igual que el mercado de porteros sea distinto. Con 23 años, con contrato hasta 2027 y teniendo 100M€ de cláusula, hay que saber el guardameta que se tiene para no dejarlo escapar si no es por una cantidad donde un club pierda absolutamente la cabeza. Y 35/40M€ no me lo parece. El último al que vendería.
Jaume Domènech: Jugó muy poco, pero cuando lo hizo en Copa o en Montjuic demostró que la portería del Valencia le sigue quedando enorme. Una pena su lesión ante el Alavés por todo lo sufrido con anterioridad. Hombre clave en el vestuario desde hace muchos años que no debería ser suficiente para ser segundo portero de un club como el Valencia.
Rivero: Todavía participó menos que Jaume pero, cuando lo hizo ante el Alavés, demostró un temple y una seguridad que no transmite el de Almenara. Veremos si acaba renovando y pasa a ser segundo portero o si, por el contrario, se le acaba buscando una salida.
Thierry: Comenzó bien la temporada pero acabó engullido por Foulquier según avanzó la competición. Volvió a la titularidad de forma inmerecida y acabó la temporada intercalando buenos y malos momentos. Su gran partido final en Balaídos, jugando desde el carril zurdo, demostró que Baraja tuvo que haber elegido al portugués en esa banda con la baja de Gayà y no a Dimitri. Físicamente es un privilegiado, a nivel defensivo es más que correcto pero hacia arriba no da el plus necesario. Le falta aportar la profundidad que sí se da por el perfil opuesto. Si hubiese una buena oferta, sería una de mis ventas para intentar mantener a los 4 fantásticos.
Foulquier: Tuvo un tramo excepcional. Le costó entrar pero, cuando lo hizo, estuvo a un nivel altísimo jugando en su perfil derecho. Incomprensible que Baraja lo apartara de la titularidad cuando estaba que se salía. Secó a Nico Williams, a Vinicius… y tuvo momentos brillantes que coincidieron con el mejor Valencia de todo el año (4 victorias consecutivas). Fiabilidad y competitividad. En sus últimos partidos, quizá desmotivado por perder el sitio en el once, no estuvo al mismo nivel.
Mosquera: El segundo de los 4 fantásticos. Desde que irrumpió en Vitoria ya no se movió del once. Un escándalo de central. Pegajoso, portentoso físicamente, rapidísimo y siempre con un grado de concentración elevadísimo. No comete casi errores ni faltas. Con sólo 19 años lideró a una defensa que coqueteó con los puestos europeos. Incomprensible que no vaya a la Eurocopa y sí lo hagan otros que demostraron menos con la misma edad. Debería estar ya blindado. Tendría que ser el capitán general de la próxima temporada en el eje de la zaga. Consagración. Intocable, llame quien llame.
Cenk: Hubo tramos bastante aceptables desde la salida de Paulista en enero. Se entendió bien con Mosquera y hubo partidos donde estuvo a buen nivel. Conjugó buenas actuaciones con errores groseros. Sigue preguntándose la mayoría por qué se gastaron 5M€ en un central que la temporada pasada no tuvo continuidad. El Valencia quiere sacarlo. Ojalá se dé y se pueda recuperar la inversión.
Diakhaby: Sigo conmocionado por la lesión que tuvo ante el Real Madrid. Antes de la Copa de África ya dejó actuaciones más que interesantes. Queda lejos el desastre que era cuando llegó a Valencia. Era una de las ventas señaladas en rojo para este verano, pero la rodilla truncó el plan. Se ha ganado a Mestalla. Si hubiese estado físicamente bien, hubiera sido la pareja de Mosquera de forma indiscutible.
Yarek: Hay mucha confianza puesta en el joven canterano. Todavía le queda, pero la próxima puede ser la temporada de su eclosión. Elegante en conducción y muy disciplinado. Acabó jugando algunos partidos de lateral izquierdo por las bajas de Gayà y Jesús Vázquez. Una de las joyas de la corona. Huele a central de los gordos.
Paulista: Sólo ayudó hasta enero, pero fue su mejor temporada de las tres últimas al poder tener continuidad. Mosquera le minimizó algunos errores pero mostró un buen nivel al respetarle el tema físico. El club tenía claro desde el verano pasado que no quería esa renovación automática por número de partidos debido a la alta ficha que tenía que asumir y fue muy aparatosa su marcha en enero. Su salida debilitó al equipo y el Valencia, como de costumbre, decidió no tapar ese agujero.
Gayà: El capitán es otro del ‘big four’ que debería ser intocable. Auténtica pieza de coleccionista. Futbolista que trasciende a lo que es un jugador normal. Único jugador capacitado en superar a Fernando Gómez en número de partidos. Por su nivel en el campo, liderazgo y experiencia es pieza básica para cualquiera. También para Baraja, como no puede ser de otra manera. Para el Pipo es uno de los jugadores más importantes por lo que supone en ataque dando esa profundidad. Su grave lesión en Villarreal le apartó dos meses y fue clave para quedarse sin opciones europeas hasta el último instante. La mala suerte le persiguió en su vuelta; ya que volvió a recaer de su rotura en el cuádriceps (con operación quirúrgica incluida) y se pierde la Eurocopa. Tercer fantástico.
Jesús Vázquez: Le costó llegar a la titularidad con la baja de Gayà porque Baraja no lo veía seguro defensivamente. Prefirió poner a Foulquier cambiado de banda, incluso. Al final, jugó y fue mejorando poco a poco. Eso sí, está en las antípodas de lo que se le presuponía cuando irrumpió. Acaba en 2025 y el Valencia lo quiere renovar. Veremos para qué.
Pepelu: El cuarto de los intocables. Bastión fundamental. La elongación del Pipo en el terreno de juego. Uno de los mejores fichajes en muchos años. Sólo se perdió un partido en toda la temporada y fue por un virus estomacal. Ni se lesionó ni acumuló amonestaciones. Lo jugó todo y siempre del notable para arriba. Fue el segundo máximo goleador del Valencia, con siete goles desde el punto de penalti, y demostró que tiene un pie exquisito a pesar de ser el generador de equilibrio. Corte y confección. Líder a pesar de ser su primera temporada. Ha costado mucho tiempo encontrar un jugador con ese perfil como para pensar en su salida. Inamovible.
Hugo Guillamón: Daba por perdida su buena cara y, afortunadamente, me equivoqué durante un buen tramo. Justamente el mejor Valencia de la temporada fue con la pareja Pepelu-Guillamón. Desde su golazo en Mestalla ante el Barça, se mantuvo en el once y se mejoraron las prestaciones colectivas al tener mayor empaque y control. Querer recuperar a Javi Guerra a toda costa en esa posición perjudicó al equipo porque Hugo perdió confianza, bajó bastante su nivel y Javi Guerra no lo encontró jamás.
Javi Guerra: Del que más esperaba de todos los jóvenes viendo la extraordinaria irrupción de la temporada pasada. Exuberante en conducción, con un físico privilegiado, zancada prominente y llegada a gol. Pero eso fue la pasada y los primeros encuentros de esta temporada. Fue la gran decepción, porque era de quien más esperaba. Dejó buenos momentos puntuales pero, a pesar de que Baraja lo quisiese recuperar poniéndolo sin merecerlo, estuvo sobrepasado. No se adaptó a ese doble pivote. Sin necesidad de ventas y por sus características, sería otro de los intocables, pero preferiría sacarlo si eso provoca mantener al ‘big four’.
André Almeida: Poca valoración se puede hacer de un jugador que estuvo fuera casi toda la temporada por la maldita lesión en la espalda. Aun así, en cuanto volvió, regaló dos goles que valieron seis puntos y una ilusión bárbara para recibir al Betis. Calidad tremenda, pero muy intermitente. Me gusta en la base, no en la mediapunta. Las cualidades del portugués son para ver el fútbol de cara, jamás de espalda. Veremos si la próxima temporada es la de su estallido o si, como intuyo, es una pieza que chirría con el modelo de Baraja.
Diego López: Ha quedado el poso de temporada gris porque no ha acabado bien en cuanto a goles o asistencias, pero el trabajo siempre lo tiene. Antes de la fractura en el pómulo fue uno de los nombres del Valencia del Pipo. Rapidísimo, eléctrico, con olfato y capacidad de levantar la cabeza. Su partido en Cádiz, una exhibición. Al final sumó 3 goles y 6 asistencias. Convencido que jugando por la derecha (donde tiene que hacerlo y donde explotó la temporada pasada) y bien rodeado de jugadores de ataque, ampliará sus números. Sin ser todavía del grupo de los 4 fantásticos, llamará a la puerta para colarse. Convencido.
Fran Pérez: Jugó prácticamente todo hasta sus problemas de espalda. Ahí se le acabó la temporada. Nadie puede reprocharle trabajo e implicación al extremo pero fue nulo en ataque. Un gol y una asistencia (en San Mamés). Siguen sobrándole dos regates y faltándole levantar la cabeza. La toma de decisiones es muy mejorable y es donde debería focalizarlo todo. No es culpa de él que tenga esa responsabilidad. Igual debería haber estado como César Tárrega, fogueándose para regresar siendo una realidad. Por tanto, la mirada a Singapur. Como todo lo que pasa en este Valencia. Pero, sin duda, me dejó muy frío.
Sergi Canós: Esperaba más del de Nules. Mucho más. Otra de las grandes decepciones. No hacer la pretemporada es posible que le lastrara en sus primeras lesiones, que es cuando parecía que cogía velocidad. Pero, francamente, aportó menos desborde y gol del deseado. El gol en Vallecas antes de Navidad, lo más recordado. Ha de trabajar duramente para poder aguantar varios partidos completos seguidos sin romperse. Quizá ahí esté la respuesta a un aumento en su rendimiento.
Peter Federico: De menos a más. Con la lesión de Fran Pérez comenzó a jugar con regularidad de inicio y se fue notando más integrado. Todavía tengo en la memoria la ocasión que falló sin portero ante el Mallorca. Dejó detalles de tener calidad pero la realidad es que sus números no fueron nada óptimos. Si se quiere dar un salto en la parte ofensiva de cara a la próxima campaña y se ha de controlar hasta el último céntimo, no entendería gastar 2M€ ejerciendo la opción de compra (por el 50% del pase).
Amallah: Con mucha diferencia, la medalla de oro de los desengaños. Fue absolutamente irrelevante. Sólo dio una asistencia (a Gayà ante el Cádiz el día de la cucharita del capitán). Restó más que sumó. Se autoexpulsó ante la Real Sociedad en Mestalla y ni se pareció al del Mundial con Marruecos, ni al del Valladolid del segundo tramo de la temporada pasada. Con esas condiciones físicas que tiene es una pena lo poco que las puso al servicio del equipo. El fiasco más grande.
Hugo Duro: El hombre gol del Valencia. 13 goles y 2 asistencias acreditan al getafense como uno de los nombres de la temporada. El primer defensor para Baraja, el que lo inicia todo. Es evidente que técnicamente no es un prodigio y fuera del área llega a desesperar por momentos, pero tiene una serie de intangibles que son claves para el entrenador. Podemos hablar de situaciones surrealistas como las de Pamplona pero en el cómputo global sacó buena nota. Su renovación será merecida. La mirada ha de ir al resto que no estuvo a su altura.
Yaremchuk: Con el ucraniano tengo la sensación que se jugó a nivel coral mejor cuando estuvo él en el campo porque liberaba a Hugo Duro y mandaba a Diego López a una banda que es donde hace más daño. Pero su rendimiento individual fue muy bajo. Falló goles cantados que a la postre fueron varios puntos menos. No volverá a Valencia en la 24/25 salvo giro de 180º en los últimos días de mercado.
Alberto Marí: Inédito. Le acabó lastrando demasiado la lesión que sufrió en pretemporada cuando estaba en un pico bueno de forma. De hecho, en ese momento parecía estar por delante de Hugo Duro. Sólo tuvo la asistencia a Jesús Vázquez del 1-4 de Cádiz y el gol de penalti en Vigo (provocado por él) en el último episodio del campeonato. Bien haría el Valencia fichando dos delanteros y cediendo al canterano. Necesita salir y crecer.
Rubén Baraja: Notable temporada y trabajo. Acarició el sobresaliente, pero se quedó en el 7’5 por el terrorífico final. Cogió a un equipo que se iba a Segunda de cabeza, lo acabó salvando y en esta temporada solidificó una idea hasta llevar al Valencia más joven de su historia (algunos jugadores rescatados de 2ª RFEF) a pelear puestos europeos hasta la jornada 34 (realmente fue ahí, tras la derrota ante el Alavés, cuando todo terminó porque en casa no se podía fallar). Junto a Míchel (Girona), Marcelino (Villarreal), Valverde (Athletic) o Ancelotti (Real Madrid), uno de los mejores entrenadores de la temporada. Aunque la Liga decidiese esquivarlo. No se puede sacar más jugo con menos fruta. Por eso, se me hace muy curioso escuchar que la temporada fue mala por haber acabado noveno. Para exigir puestos europeos no vale con hacerlo por el mero hecho de ser el Valencia. Hay que contextualizar y analizar las plantillas para establecer objetivos. Y conseguir más, con la guardería que dejó Peter Lim, era casi imposible. Ojalá pueda durar muchos años, siga creciendo como entrenador (debería ser más rico tácticamente) y continúe agrandando su leyenda. Pero, sobre todo, ojalá exija y apriete para que le den herramientas para devolver al Valencia donde tiene que estar. Debe ser muy duro haber vivido la época dorada del club, haber sido uno de los jugadores más importantes de su historia y ahora como entrenador comprobar la descomposición. La figura de Baraja trasciende de generación en generación. Y su mensaje caló en una “Quinta del Pipo” que ya quedó registrada con copyrirght. Rubén Baraja Vegas, de lo poco de lo que sentirse tremendamente orgulloso en esta época sombría y perversa.
Oliva • Ontinyent • Valencia. Periodista | Me lees en @Spherasports | Me escuchas en @matadorvalencia | Actualidad del deporte | Examino al @valenciacf | Ex Comarcal TV | Adoro la radio
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