¿Cómo un equipo que jamás había ganado una eliminatoria en un gran torneo acabó siendo campeona del mundo? E aquí las claves de una hazaña histórica para el fútbol femenino español.
Un estilo propio
España nunca negoció el balón. Es la seña de identidad de esta Selección, de las categorías inferiores, de la masculina. El sello que nos hizo campeones en 2010 y que nos ha hecho campeonas ahora. Dominó todos los partidos, incluyendo la final ante Inglaterra. Y salvo contra Japón, siempre encontró la llave para abrir cada defensa bien cerrada. Condicionó el juego de cada uno de nuestros rivales, y ni así lograron cambiar el guion. El destino estaba escrito.
El mejor centro del campo
Para el juego asociativo era imprescindible tener, obviamente, un centro del campo de primer nivel. España tenía el mejor con Patri Guijarro, Alexia Putellas y Aitana Bonmatí. Con la primera fuera de la lista y la segunda todavía fuera de forma, Vilda apostó por Tere Abelleira, que ni siquiera era indiscutible en el Madrid, y cambió el esquema en muchas ocasiones para que Jenni Hermoso jugara en el centro del campo. El resultado: siguió siendo el mejor centro del campo del mundo. Tere fue la pivote del Mundial, Aitana la MVP del torneo y Jenni brilló como hacía tiempo que no brillaba.
El partido que lo cambió todo
España había goleado a Costa Rica y Zambia y muchos nos colocaban ya entre las quinielas al título. Pero Japón arrasó a las nuestras en un partido terrible y la euforia se había convertido en el peor de los pesimismos. Vilda se vio obligado a tomar decisiones drásticas, empezando por la portería: Misa dejó su sitio a Cata Coll, que acabó siendo una de las revelaciones del torneo. Salma pasó al banquillo, desde donde firmó sus mejores actuaciones y sus dos goles históricos. Batlle cambió de banda y Oihane Hernández ocupó la derecha, y Laia Codina se hizo fuerte en el centro de la zaga en lugar de la lesionada Ivana y de una Rocío Gálvez que dejó muchas dudas ante las niponas. Alba Redondo también se ganó un hueco en el tridente de arriba, siendo desequilibrante y compenetrándose bien con Mariona, Salma o Jenni. Al, final, aquel 4-0 supuso más un punto de inflexión hacia arriba que un desastre irremediable.
Importantes mejoras
Este Mundial ha sido muy diferente a los torneos anteriores para las futbolistas, que por primera vez han podido disfrutar de la compañía de sus seres queridos durante toda su estancia en tierras oceánicas. La conciliación familiar permitió a Irene Paredes e Ivana Andrés compartir momentos con sus respectivas parejas y sus hijos pequeños, algo que en el pasado habría sido imposible. Además, han disfrutado de mayor libertad de movimientos.
El staff también se perfeccionó, aumentando el número de fisioterapeutas e incluyendo por primera vez un nutricionista. Alrededor de 30 personas trabajaron a tiempo completo para el combinado español.
Calidad superior
El caso el que el talento ya estaba ahí. Gran parte de las futbolistas son campeonas de la Champions League, otras han acumulado éxitos en las categorías inferiores de la Selección. Tenemos una jugadora doble ganadora del Balón de Oro y varias nominadas a premios de FIFA y UEFA. No faltaba experiencia en grandes citas, simplemente superar una barrera psicológica que no nos dejaban avanzar, amén de ciertos cambios que contribuyeron a una mejor armonía en el equipo y que hemos mencionado en el punto anterior. Si no se nos ha considerado antes es por haber pagado la novatada. Ahora somos el rival a batir.