El error humano, una realidad contra la que se lleva luchando durante años en el mundo del fútbol. Con el paso del tiempo y la mejoría de la tecnología, son muchos los sistemas que se han ido implementando para reducirlo al máximo y construir un fútbol más justo. Pero, ¿el error humano es una injusticia? ¿Acaso hay algún humano que no se equivoque? La respuesta es obvia.
Desde los micrófonos que usa el equipo arbitral para comunicarse entre ellos hasta el actual sistema VAR, pasando por el microchip que lleva incorporado el balón o la pulsera que vibra si este cruza por completo la línea de gol. El siguiente paso parece ser el fuera de juego semi automático. Como decía, infinidad de mejoras tecnológicas que buscan hacerle más fácil el trabajo a los árbitros y que las decisiones sean lo más objetivas posible.
Este pasado fin de semana, el Arsenal, líder de la Premier League, empató 1-1 en casa contra el Brentford. Tras empezar ganando, los visitantes lograron igualar el marcador y este no se movería más. ¿El problema? El gol de Ivan Toney para empatar el partido fue en fuera de juego y el tanto subió al marcador pese a ser revisado por el VAR. Tras este incidente muchas han sido las opiniones sobre lo que se debería hacer: invalidar el gol y darle la victoria al Arsenal, repetir el partido completo, repetirlo a partir del minuto del incidente pero con 1-0… Lo cierto es que los de Arteta se dejaron dos puntos vitales en la pelea por el título de liga por un error humano.
Antes de que existiese el VAR la cantidad de puntos que cambiaban de dueños por errores humanos era muchísimo mayor. Que esta herramienta ha hecho el fútbol más justo es innegable. Dicho esto, el error humano es imposible que desaparezca. Antes era un penalti no señalado, ahora es un fuera de juego que se escapa (uno de cientos) y en el futuro, cuando la figura del árbitro no exista y todo sea dirigido por una inteligencia artificial, será un error de programación de la IA. El error humano puede reducirse, pero nunca eliminarse.
Los aficionados ‘gunners’ tienen todo el derecho del mundo a sentirse perjudicados por el arbitraje ante el Brentford pues objetivamente lo fueron. Pese a ello, esas ideas locas de repetir el partido producen hasta risa en un contexto en el que los entrenadores no dejan de quejarse de la cantidad de partidos y la gran carga del calendario -y se quejan con razón-. Repetir partidos por un error humano suena bastante distópico.
Pese a tener todas las herramientas que tenemos hoy en día con el VAR, he llegado a ver debates sobre si la línea del fuera de juego se tiró un centímetro más adelante o atrás de donde debería o si una es más ancha que la otra. No falta mucho para que veamos en todas las competiciones el sistema semi automatizado de fuera de juego, ya utilizado en el Mundial y con el que no hay duda: es o no es, no hay término medio. Eso sí, luego no nos quejemos cuando se invalide un gol por la punta de la uña del pie izquierdo, si esa uña está en fuera de juego… Viajamos hacia un fútbol en el que prima la objetividad, y así debe ser.
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