El Real Madrid se proclamó campeón del mundo por octava vez tras una final alocada contra el Al-Hilal (5-3). Vinícius Jr (13′ 69′), Valverde (18′ 58′) y Benzema (54′) fueron los goleadores en el cuadro blanco, mientras que Marega (26′) y Vietto (63′ 79′) lo fueron en el conjunto saudí. Un título cuyo valor, más que en el propio torneo, reside en el camino realizado para llegar a él. La guinda a una Champions League épica.
Si ganar el Mundial de Clubes era para el Real Madrid cumplir el expediente teniendo en cuenta el nivel de los rivales, no hacerlo habría agravado el momento de dudas con el que los blancos llegaban al torneo. De hecho, las que tienen que ver con la defensa ni mucho menos se han disipado tras la final. Que el Al-Hilal le meta 3 goles al Real Madrid se explica por la falta de tensión que había en el encuentro pero también por los desajustes defensivos, personificados en en un Rüdiger que sigue estando por delante de Nacho pese a su flojo rendimiento.
Sin embargo, de la faceta ofensiva se pueden sacar dos lecturas muy positivas. La primera es que Fede Valverde está volviendo a ver puerta. Marcó un gol en la semifinal y un doblete en la final. Ya suma 11 tantos esta temporada. Los blancos serán mucho más peligrosos si el uruguayo desata su disparo de nuevo y llega con frecuencia al área rival como hizo en el primer tramo del curso.
La otra gran noticia es que en la final brilló la conexión Benzema-Vinícius Jr, un tándem que fue decisivo en el doblete del Real Madrid y que esta temporada no estaba marcando tantas diferencias. Las cifras del brasileño son de crack: 16 goles y 7 asistencias en lo que llevamos de curso. Benzema, por su parte, ha reaparecido en la final a lo grande, marcando y dejando toques de genio. Ya han demostrado que juntos pueden llevar al Real Madrid hasta donde quieran.
