La Ligue 1 y la Bundesliga han sido dos competiciones que han sido muy criticadas por los nuevos odiadores del balompié. Seguramente son los mismos que afirman que el fútbol debe cambiar sus normas porque ya no aguantan un partido entero sin mirar qué notificaciones le salen en el móvil. Este año, por el momento, deberán callar: las dos ligas están muy igualadas.
«Demasiados jugadores no están a la altura. Habrá que tomar decisiones para volver a ser un equipo mucho, mucho más fuerte, y que parezca un equipo de primera”, aseguró Christophe Galtier en rueda de prensa. El técnico del PSG parece sorprendido por el juego de su equipo, desnortado tras el Mundial de Catar. Es evidente que el mantra que han repetido los analistas durante meses se está cumpliendo: nadie sabía cómo iban a volver los futbolistas de la cita de noviembre. Está claro que ese parón está influyendo.
En un par de semanas volverá la Champions League y ahí los parisinos tendrán que enfrentarse ante el FC Bayern. Pura Copa de Europa. Los alemanes tampoco están bien: «Cuando no ganas, no tienes la misma confianza que cuando sí lo haces. Hay muchos puntos que podemos mejorar y los discutiremos. Se nos está haciendo muy, muy difícil cuando el rival se mete atrás«, aseguró Julian Nagelsmann. El técnico de los bávaros está más discutido que nunca y ya hay un sector de aficionados que reclama a Zinedine Zidane.
Solo hay que ver la clasificación para que quede palpable la igualdad de la máxima categoría en Alemania: el Eintracht, que está en la sexta posición, está a solo cinco puntos de los de Múnich. Es algo totalmente anormal en ese país a estas alturas de competición: normalmente el Bayern, en febrero, empieza a rotar en liga para pensar en la máxima competición continental.
El Napoli, por cierto, merece el bonus track en este artículo. La ciudad sueña con el ansiado título liguero y la verdad es que está muy cerca. Ya le sacan los napolitanos 13 puntos de diferencia al Inter, una distancia anómala. Cuando le preguntaron a Spalletti sobre el título trató de ser lo más mesurado posible: «Veo que tenemos tres puntos más en la clasificación». Lo tenéis muy cerca, Luciano.
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