El fútbol es un deporte universal. Está presente en prácticamente todas las culturas, en unas con más importancia que otras, pero siempre está ahí. Raro será encontrarse alguna vez con una persona que no sepa qué es el fútbol o que nunca haya jugado o visto un partido, aunque sea unos pocos minutos. Si alguna vez conocéis a alguien así avisadme, aunque creo que mi bandeja de entrada estará vacía. Hay ciertas culturas en las que ha cobrado una mayor importancia a lo largo de la historia, en Europa y Sudamérica principalmente, y ha convertido a los aficionados de estas zonas en auténticos forofos que viven por y para este deporte.
Si bien en Europa hay de todo, creo que no se puede comparar a cómo se vive el fútbol en países como Argentina, Brasil, Colombia, y un largo etcétera. Incluso en México -ya saliendo de Sudamérica-, donde tienen el mismo tipo de cultura del fútbol. Es un pilar fundamental de la sociedad del que llegan a depender muchas otras cosas. Y ya no hablo de si el aficionado X hace planes con sus amigos o no porque hay partido, me refiero a temas incluso de estado.
Aprovechando que Argentina disputa hoy la semifinal del Mundial ante Croacia, se prevé una invasión de argentinos en Doha. Si ya no eran precisamente pocos, imaginaos ahora. Ganar la Copa del Mundo se convirtió desde hace algún tiempo en una obsesión tanto para la Selección como para el país entero. Comenzó como la persecución de romper la mala racha sin grandes títulos y, aunque ‘la mufa’ ya se terminó con la Copa América conquistada recientemente, consideran que ya va siendo hora de ponerle la tercera estrella a su escudo. La última vez que lograron conquistarla fue en 1986, el famoso Mundial de Maradona. Han pasado 36 de aquello y, viendo que tienen una selección fuerte y capaz de lograrlo, desde antes de iniciar la cita mundialista se les consideró uno de los equipos candidatos.
Las ganas ya obsesivas de los argentinos de ganar ‘el troncho’, como diría Luis Enrique, no son solo por el tiempo que llevan sin tocarlo, sino por el factor Messi. El ’10’ es más que un humano en Argentina, es considerado un Dios por muchos. A fin de cuentas es un genio en lo suyo pero es tan mortal como tú o como yo. Pero una vez más entramos en lo pasional del fútbol en el país. Está ante su última oportunidad de ganarlo tras estar tan cerca en 2014 y la masa popular considera que el fútbol se lo debe. Sin duda, sería la guinda del pastel de una carrera perfecta.
Si lo van a ganar o no nadie lo sabe, pero de lo que estoy convencido es de que pase lo que pase va a conmocionar al país: si pierden va a ser peor que ‘la gran depresión’, son capaces de poner el país de luto; y si lo ganan no quiero imaginar a dónde pueden llegar las celebraciones. No tengo dudas de que se va a escuchar el «muchaaachoooooos…» desde la Estación Espacial Internacional. Y así debe ser.
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