Es cierto que en esta fase de grupos del Mundial no hemos visto un fútbol de un enorme nivel en líneas generales, pero hay muchos motivos por los que la recordaremos. Aquí van 5 de ellos.
La competitividad: Por primera vez desde 1994, ninguna selección ha cerrado la fase de grupos con pleno de puntos. Hay dos maneras de ver este dato: la primera es que ninguna selección ha estado a un nivel superlativo y la segunda, que ninguna selección ha regalado nada. Aunque, lo de Qatar, merece un capítulo aparte.
La peor anfitriona: Qatar se ha convertido en la peor anfitriona de la historia de los Mundiales después de no haber sido capaz de sumar ni un solo punto y de haber marcado un solo gol. Venía de ser campeona de Asia, pero la realidad es que el escenario le ha venido muy grande y sus adversarios necesitaron muy poco para tumbarla.
La tercera jornada: El desenlace de esta fase de grupos ya es historia de los Mundiales. Kai Havertz se convirtió en la persona más querida por los españoles, Corea del Sur ganó en el descuento a Portugal para clasificarse y apear a Uruguay, Polonia confió ciegamente en las tarjetas, Serbia y Suiza nos regalaron un intercambio de golpes en un partido ya tenso de por sí… Un fútbol lleno de emociones, el que más nos gusta.
Futuro que ya es presente: En esta fase de grupos del Mundial hemos visto brillar a jóvenes talentos que, más que generar ilusión por lo que depara su futuro, ya marcan diferencias en el escenario más grande. Hablamos de Joško Gvardiol, Pedri González, Jamal Musiala, Mohammed Kudus, Cody Gakpo, Enzo Fernández… Los chavales no se amedrentan y piden paso. No son futuro, son presente.
Lo de Alemania: Si hablamos de las decepciones, pensamos en Dinamarca, Uruguay o Bélgica, pero la caída de Alemania, más que una decepción, es algo que cuesta creer. Los germanos nunca habían caído en fase de grupos en dos Mundiales consecutivos. La eliminación sorprende más si vemos su historial antes de los batacazos en Rusia y Qatar: finalista en 2002, semifinalista en 2006 y 2010 y campeón en 2014. Por si esto no fuese suficiente, el fútbol ha sido especialmente cruel con los alemanes: veinte minutos malos ante Japón y un polémico gol precisamente de los nipones les han dejado fuera.