De un plumazo ya se ha acabado la primera jornada. Yo siempre lo digo: la fase de grupos del Mundial es lo más divertido. Te pones a las 11:00 y en un santiamén, sin darte cuenta, ya estás cenando. Sí, es cierto que no todos los partidos han sido geniales. Pero esto es una copa del mundo. No hay nada mejor.
Uno de los envites que no pasará a la historia por su belleza fue el Suiza-Camerún. Los europeos, fieles a su destino, dieron un paso de gigante para colarse en la fase final del torneo gracias a un gol de Embolo, un suizo que nació en Yaundé. No lo celebró, pero los de Murat Yakin afrontan con tranquilidad los dos próximos compromisos que se avecinan.
Poco después, Uruguay y Corea del Sur nos otorgaron el clásico 0-0. Cada día tenemos que ver uno. Probablemente, ninguna de las dos selecciones merecieron vencer, aunque hubo ocasiones por ambas partes. Luis Suárez, que fue sustituido, demostró que ya no tiene el nivel competitivo para aguantar 90 minutos.
Por la tarde, Portugal y Ghana, tras una primera parte sin goles, decidieron emborracharse con los goles. Anotó el criticado Cristiano Ronaldo, con un penalti muy discutible, y dominó João Félix. Sin embargo, los africanos no le perdieron la cara al partido y perdonaron en los minutos finales. La tuvo Iñaki Williams.
El turno de la noche estaba reservado para Brasil. La pentacampeona se cruzaba con Serbia, conjunto llamado a hacer un gran papel. Tras un primer acto sin goles, la calidad de los brasileños se impuso. Un doblete de Richarlison, espectacular, fue suficiente.
Hoy ya hay selecciones que pueden despedirse del torneo. A las 11:00 Gales e Irán se disputan los puntos, que son capitales, y a las 14:00 vuelve Catar, el anfitrión, ante Senegal. A partir de la tarde, Países Bajos puede ya clasificarse ante Ecuador e Inglaterra quiere seguir a buen nivel. Hoy el rival, en principio, será más complejo: Estados Unidos.
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