Inglaterra ha ganado su primer título continental. Lo ha hecho en casa, sin grandes estrellas más allá del pedigrí de Bronze, y con una entrenadora que ya es leyenda. Todas y cada una de las futbolistas han sido claves en un éxito sin precedentes, pero vamos a destacar aquí los nombres propios.
Mary Earps. Solo ha encajado dos goles en toda la Eurocopa: el que le hizo Esther en cuartos y el de Lina Magull en la final. Aunque no le han llegado demasiado, sus intervenciones han sido decisivas, sobre todo en la final, donde se mostró muy segura y firmó hasta siete paradas (una de ellas bajo palos). Antes de Wiegman parecía una quimera su vuelta a la selección, pero la neerlandesa la recuperó y la convirtió en indiscutible. Ella le ha devuelto la confianza.
Lucy Bronze. Era el nombre más reconocible de la selección inglesa, pero no parecía llegar en la mejor forma posible a la Eurocopa tras una temporada lastrada por las lesiones. Operada en la rodilla hace un año, ha reconocido que ha jugado durante el torneo con dolores, demostrando un compromiso absoluto y una ambición fuera de toda duda. Nada de florituras en esta Eurocopa: ha bajado al fango, ha vuelto a ser una amenaza arriba y contundente atrás. Inglaterra ha disfrutado a la mejor Lucy Bronze, aquella que ganó el The Best en 2020. Ante Suecia en semifinales fue su mejor partido, con asistencia y gol en los dos primeros tantos. En la final, resultó providencial jugándose la cabeza para evitar el gol de Alemania con 0-0. En el Barça ya se frotan las manos con su nueva crack.
Keira Walsh. La MVP de la final ha formado un centro del campo espectacular junto a Georgia Stanway. Lo jugadora del Manchester City lo tiene todo: anticipación, contención, visión de juego. Un pulpo que fue capaz de recuperar 14 balones en Wembley además de servir la asistencia del torneo a Ella Toone en el primer gol. Un pase largo casi desde su propia área que pilló desprevenida a toda la defensa alemana y dejó a la del United completamente sola. Se ha consagrado definitivamente en esta Euro.
Fran Kirby, De sufrir fatiga en febrero a ser decisiva para Inglaterra en la Eurocopa. La jugadora del Chelsea fue duda hasta última hora en la convocatoria, pero finalmente Sarina Wiegman confió en ella y en su dilatada experiencia. A lo largo de su carrera ha tenido que superar depresiones y problemas cardiacos. «Es hora de poner mi salud primero», dijo en abril, dejando a un lado el fútbol. Sin embargo, y para sorpresa de muchos, ha sido titular en todos los partidos, dando la primera asistencia del torneo ante Austria y dos más ante Noruega. Marcó ante Irlanda del norte y ante Suecia en la semifinal. Un ejemplo de superación que bien merece un título continental.
Beth Mead. Qué decir de la goleadora del Arsenal. Con White en horas bajas, la ‘gunner’ se ha destapado en esta Euro partiendo desde la derecha y anotando seis goles, incluido un hat-trick ante Noruega. Sus asistencias (4) le han valido además para desempatar con Popp y recibir el premio a máxima anotadora del torneo. Ha participado en 10 de los 22 tantos de su selección y ha sido nombrada MVP de una Eurocopa de ensueño. Tiene gracia que hace solo un año se quedara fuera de la lista para los Juegos Olímpicos por «no dar el nivel» en palabras de la anterior seleccionadora, Hege Riise.
Alessia Russo. En efecto, no ha sido titular en ninguno de los seis partidos, pero ha sido igual de importante o más que muchas de las titulares. La delantera del Manchester United representa un rol que probablemente no quería, el de una auténtica revulsiva de lujo. Probablemente mereció la titularidad en más de una ocasión por delante de Kirby o White, porque anotó sus cuatro goles en apenas 200 minutos antes de la final. Uno de ellos, de muy bella factura: de tacón para cerrar la goleada ante Suecia en semifinales. Tenía que estar en esta lista porque las lionesses son mucho más que su once titular, y Russo es una buena prueba de ello.
Sarina Wiegman. Probablemente tengamos que considerarla desde ya la mejor entrenadora del mundo. No solo por sus logros en el último lustro, con la conquista de dos Eurocopas con países diferentes y el subcampeonato mundial perdiendo solo con Estados Unidos. Es que ha demostrado ser capaz de preparar un partido a conciencia, ver que transcurre de otro modo y cambiar el guion, adaptarse a las circunstancias, tener a todo el mundo implicado por un objetivo y ganar desde la pizarra. Apostó por jugadoras que parecían desahuciadas en la Selección, y el tiempo ha puesto a cada una en su lugar. En Inglaterra ya le pueden poner un monumento: es el primer título para el fútbol inglés desde el Mundial de 1966. Y se lo deben a ella.
