La final de la Eurocopa femenina tiene su lugar este domingo en un escenario inmejorable y un contexto idílico: se enfrenta la anfitriona, Inglaterra, contra la eterna campeona, Alemania. La aspirante a lograr su primer título quiere dar un golpe sobre la mesa tras lograr atraer todos los focos, protagonizar goleadas escandalosas (8-0 a Noruega y 4-0 a Suecia) y disfrutar de un seguimiento nunca antes visto en la historia del torneo, doblando la asistencia a los estadios respecto a la última edición en Países Bajos. Al otro lado, una selección germana a la que muchos colocaban en fase de transición pero que ha respondido como su palmarés atestigua: 13 ediciones, 9 finales. Por el camino ha vencido a teóricas y emergentes favoritas como España y Francia.
Ambas selecciones han demostrado que no necesitan de grandes estrellas para triunfar. Más allá de Lucy Bronze, galardonada en su momento con notorios premios individuales, los dos equipos llegaban al torneo haciendo del colectivo su mayor arma. Sin embargo, hay dos futbolistas que se han reivindicado con fuerza, dando un paso adelante y liderando el ataque de sus respectivos combinados. Son las máximas goleadoras del torneo y tienen a tiro batir el récord de más tantos en una sola edición (han igualado los seis de Inka Grings en 2009). Son Beth Mead y Alexandra Popp.
“Las mejores futbolistas se recuperan de los baches en el camino, así que, en mi pretemporada, solo quería bajar la cabeza, trabajar duro y ponerme en buena forma física. Tuve que implementar eso en el campo de entrenamiento y llevarlo a los partidos. Fue difícil de aceptar, pero me ha convertido en mejor futbolista”. Las palabras son de Bethany Jane Mead, una de las mejores delanteras del último lustro en la FA Women’s Super League, después de haber protagonizado un inicio de temporada espectacular después de haberse quedado fuera de los Juegos Olímpicos por decisión técnica. «El informe no ha sido bueno», fue la contundente respuesta de Hege Riise, exseleccionadora inglesa, cuando descartó a la futbolista del Arsenal en su primera convocatoria, en febrero de 2021. Reino Unido cayó en cuartos de final en Tokio 2020 ante Australia, Riise fue despedida y la Federación inglesa apostó por Sarina Wiegman que no dudó en aprovechar el excelente estado de forma de la ariete ‘gunner’.
En la Eurocopa se ha consagrado definitivamente como estrella mundial. Ha marcado en todos los partidos excepto ante España. abriendo el marcador ante Austria y Suecia, firmando un hat-trick frente a Noruega y anotando al filo del descanso para sentenciar a Irlanda del Norte. Seis goles que tienen más mérito si tenemos en cuenta que Mead no es una referencia al uso: juega como extremo, caída a la banda derecha.
Al contrario que Mead, Alexandra Popp lleva más de una década siendo una futbolista diferencial en el Wolfsburg, donde conquistó dos Champions (marcó en la final ante el Tyreso) antes de conquistar la primera con el Duisburg. Fue nombrada futbolista del año en Alemania en 2014 y 2016. Atesora 16 títulos nacionales y una medalla de oro olímpica. Sin embargo, y a pesar de sus casi 120 partidos y casi 60 goles con su selección, nunca ha brillado en un Mundial (tres participaciones) y nunca había jugado una Eurocopa. Se perdió la de 2013 y 2017 por sendas lesiones y de haberse jugado la actual en su fecha original (2021), también se la habría perdido, pues ha pasado prácticamente un año en el dique seco tras romperse cartílago de la rodilla.
Se recuperó a tiempo para estar en su primera Euro, y aceptó el rol de suplente de Schuller. El destino quiso que la delantera del Bayern Múnich diera positivo por covid-19 y dejara su sitio a Popp, que estrenó titularidad ante España. Ya no se movería de ahí: Popp ha marcado gol en todos y cada uno de los partidos del torneo: Dinamarca (1), España (1), Finlandia (1), Austria (1) y el que es hasta la fecha su gran actuación individual, cuando marcó un doblete ante Francia para meter a Alemania en una nueva final.
En Wembley, veremos un duelo sinigual de cañoneras, dispuestas a batir un registro histórico pero sobre todo a darle a su país un título que, pase lo que pase, convertirá a cualquiera de las dos en leyenda.