El Liverpool, pese a los cambios de Jurgen Klopp, consiguió superar ayer al Southampton en una nueva demostración de hombría de los reds, que se acercaron al Manchester City. Los números ahora salen con facilidad: los de Merseyside necesitan ganar y esperar un pinchazo del cuadro de Pep Guardiola. «Nunca nos rendimos y lo intentaremos. Ahora jugamos en nuestro estadio, será el último partido en casa de la temporada. El ambiente será excepcional. Intentaremos aprovecharlo. Tenemos que hacer nuestro trabajo. El fútbol es complicado a veces. Ya veremos, pero hay que concentrarse», dijo el alemán tras la remontada ante los saints (1-2).
Los de Anfield, en el último envite del año, recibirá al Wolverhampton. Mientras, el City se enfrentará al Aston Villa de Steven Gerrard. El morbo está ahí: «Por supuesto que es poco probable porque el City juega en casa contra el Aston Villa, que juega el jueves. Pero esto es fútbol y nunca se sabe: aún es posible», concluyó. No es la primera ocasión en la que ambas entidades se plantan en el último día del año batallando por el título. Además, la presencia de la leyenda red en el banquillo de los villanos traerá cola en la gran mayoría de los debates en los medios ingleses. Cabe recordar que el técnico de los de Villa Park nunca ganó la Premier, quedándose varias veces muy cerca del sueño. Su resbalón ante el Chelsea aún duele en la parroquia liverpoolian. Gerrard busca revancha.
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