Qué peligrosa es la propaganda. Estamos en el momento perfecto para explotarla. Hay tanta desinformación, tal anulación de la esfera de lo privado, que cualquiera puede hacerse escuchar públicamente, a veces sin identidad pero con la suficiente fuerza para hacer ruido y daño. Es el mundo de las redes sociales, el poder de llegar directamente al otro, sin intermediarios. Una suerte, sí, y un peligro mortal.
Si no hay nadie que lo filtre, y de los que lean nadie que dude, te puedes tragar cualquier cosa solo porque te la cuentan o porque crees verla. Criptonita para el periodismo. Hay clubes y protagonistas que prefieren ofrecer directamente al consumidor lo que ellos quieren. Somos cada vez más prescindibles y tenemos buena parte de culpa, sobre todo cuando nos convertimos en altavoces de aquellos que solo buscan usarnos para sus fines.
Nos hacen y nos hacemos daño, pero también os hacen mucho daño a vosotros, a los que leéis y escucháis. Porque cuanto más pasan de nosotros, más intoxicado es lo que recibís. Si hoy un club os ofrece algo entenderéis que no va a ser nada que vaya contra sus intereses, cada detalle será controlado por ellos y recibiréis algo muy lejano a lo real. Vamos, que estaréis tragando propaganda que os inoculan en vena. No será información, sino propaganda.
Por eso, somos necesarios, como garantes de la calidad del agua que bebéis. Primero tendréis que elegir aquel o aquellos que pensáis que van a cuidar del consumo final que os llega a casa, o al móvil. Cuando lo encontréis o nos encontréis, id detrás de él porque os permitirá al menos dudar de lo que os cuenten. Sospechad de aquellos que solo producen vídeos en sus redes, en sus webs, entrevistas firmadas por el propio club, comunicados públicos, y que en cambio aparecen muy poco en medios de comunicaciones y menos aún si no son afines.
Desconfiad de las comparecencias sin preguntas, sospechad de lo que os digan. Si al final os cuentan algo, será para quien quiera consumir un pensamiento prefabricado. Total, es lo que se lleva. No dejes que alguien te convenza de lo contrario que a priori ya piensas. ¿Por qué enfrentarte a la duda? Debe ser que eso da miedo.
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