Tratar de salvar la categoría, ya sea en la élite o en categorías regionales, se asemeja a habitar en una montaña rusa. En el Watford, que ya están acostumbrados a vivir estas situaciones, el final de temporada se antoja emocionante. Tras unas últimas semanas en las que la llegada de un nuevo entrenador, algo totalmente normal en la entidad, no parecía levantar el vuelo, ha vuelto la ilusión a la plantilla de los hornets. En la batalla por la salvación una victoria puede cambiarlo todo. Ahora, con Cucho Hernández en modo estrella, mantenerse no es utópico.
Es cierto que el triunfo viene precedido por un sinfín de regalos del Southampton, pero ser agradecido es clave. Los saints, que languidecen en la media tabla de la clasificación, dieron vida al conjunto que entrena Roy Hodgson. Lo del técnico inglés es una de esas historias que parece que hemos visto mil millones de veces, pero que no para de repetirse una y otra vez. El ex del Crystal Palace parece sumido en un día de la marmota en el que promete que esta será la última vez que se sentará en un banquillo. Hasta que rompe su promesa.
Su balompié no exhibe ninguna sorpresa: sus cuadros juegan de manera similar desde hace muchos lustros. El reto que tenía en su nuevo club era mejorar su rendimiento defensivo sin perder las buenas armas que poseía en el ataque. No es solo Hernández, ídolo después de sus últimas actuaciones: Ismaïla Sarr, Dennis y João Pedro no son moco de pavo. La realidad actual de la entidad es que todo lo bueno que tienen arriba lo pierden en la zaga. Los de Vicarage Road, ciclotímicos de profesión, no acostumbran a cuajar proyectos largos en los que se busca la continuidad. Todo tiene que realizarse ya.
Si alguien quiere ser director deportivo, de hecho, debería mirarse la gestión del club como ejemplo de lo mal que suelen hacer las cosas. Siempre ocurre lo mismo: hay un sinfín de nacionalidades y una gran diferencia entre unos futbolistas y otros. Casi cada año, puedes encontrar en una escuadra del Watford a un central que no tiene experiencia en primera división y a un extremo que ha costado 30 millones de libras. Con eso, los técnicos que llegan -sin ningún crédito- deben salvar la categoría. Quizás, si este año consiguen la salvación todo cambia. Por algo Hodgson rompió su promesa.
Imagen de cabecera: @WatfordFC