En un deporte como el fútbol, encontrar la excelencia en un equipo es prácticamente imposible. No solo porque la excelencia será siempre algo subjetivo (y más en un deporte como este en el que se ha demostrado que se puede tener éxito jugando de formas muy distintas,) sino también por la complejidad que comporta el manejo de diferentes individuos (jugadores) hacia la búsqueda de un objetivo colectivo.
No obstante, durante, prácticamente, las últimas dos décadas, Pep Guardiola ha conseguido llevar a dos de sus equipos a algo muy parecido a la excelencia. Primero en su etapa como técnico del FC Barcelona, comandando un equipo que será recordado en la historia del fútbol, y luego, durante su presente etapa en el Manchester City.
Guardiola es un técnico con una idea de juego muy clara, y que a estas alturas ya conocemos todos. Esta se fue gestando durante su etapa como jugador, y posteriormente como entrenador en el FC Barcelona. Sin embargo, el técnico de Santpedor ha tenido la capacidad de ir adaptando su idea de juego a los diferentes jugadores que configuraban sus plantillas, y a los diferentes contextos donde ha estado entrenando.
Ahondando en el actual conjunto citizen, Pep ha construido un equipo que roza la excelencia a través de un estilo de juego de fútbol asociativo como punto de partida. Atrás quedaron los problemas en la defensa de la zona de riesgo, la descompensación organizativa en la transición ataque-defensa de sus primeros años en Inglaterra, o las dificultades para atacar bloques bajos. El City es, a día de hoy, un equipo muy completo en los diferentes aspectos que configuran el juego.
A partir de una estructura base P-4-3-3, los de Pep fluctúan su organización dinámica en fase ofensiva en función del momento de juego en el que se encuentran, siempre con un mismo objetivo y principio general: generar ventajas numéricas o espaciales a través de la movilidad del balón y de sus jugadores, buscando mantenerse equilibrados mientras se desequilibran para desequilibrar al rival (teoría del caos).
Para ello, es habitual ver una acumulación de jugadores en zona de intervención, consiguiendo así facilitar la circulación del balón y poder progresar en el juego con cierta facilidad. Jugadores como De Bruyne, Rodri, Cancelo o Bernardo Silva son vitales para lograr que los principios ofensivos se efectúen con éxito, y que el equipo sea armónico, capaz de viajar juntos con balón, y con la capacidad de ajustar el ritmo de circulación a las necesidades del partido.
De igual modo que el conjunto de Manchester destaca en los aspectos ofensivos, los de Pep se han vuelto especialistas en los aspectos defensivos del juego. En especial en la fase de transición ataque-defensa, donde los citizen han mostrado una gran mejoría.
Una vez se pierde el balón, los chicos de Guardiola someten al equipo rival a una presión asfixiante hasta volver a conseguir el esférico. Esto es viable gracias a la gran cantidad de jugadores que acumulan en zona de intervención durante su fase ofensiva, y la frescura que tienen muchos de ellos al tener el balón controlado durante grandes fases del partido.
Por último, algo clave que nos permite entender la complejidad del funcionamiento de equipos como el de Pep Guardiola, es el estudio de esos equipos desde la perspectiva de los sistemas complejos adaptativos.
En MBP School of Coaches entendemos a los equipos como sistemas complejos adaptativos, ya que estos están compuestos de diferentes elementos (jugadores) interconectados e interdependientes entre ellos, que muestran comportamientos y sinergias exclusivas del entorno en el que se están desarrollando.
Estos sistemas solo podrán desenvolverse con éxito si ajustan correctamente el grado de apertura para gestionar el intercambio de información constante con su entorno. En otras palabras, los equipos deberán ser capaces de adaptarse al entorno emergente y constantemente cambiante sin perder su propia identidad.
En conclusión, Guardiola ha construido una máquina de ganar y de imponerse a sus rivales. No solo es el qué logran (resultado) sino el cómo lo logran (imponiendo su estilo sea quien sea el rival que tiene enfrente).