El Atleti jugó muy mal en el primer tiempo del Villamarín. Sometido, angustiado, encerrado, sin atrevimiento con la pelota, y eso cuando la tenía. Mucho miedo para enfrentar a un equipo sin apenas descanso, al que le dejó maniobrar. Pasó como otras veces donde el Cholo excede su precaución táctica para dejar de ser protagonista. Munición para los que se han cansado de él, que los hay exhaustos de ver lo que ven y es sorprendente. Sí, sorprende que se hayan hartado de pelear con los mejores porque, lamento decepcionar a los que vieron otra cosa en el primer párrafo, este artículo pretende estirar la alfombra del Cholo para que los rojiblancos entiendan que deberían besar por donde pisa.
Y sirva este primer párrafo para dejar claro que la pleitesía a su trabajo no conlleva la negación ni la ceguera. Lo que está mal está mal, lo que es aburrido lo es, el exceso de tacticismo a veces satura, pero es tanto lo bueno, es tan potente lo que sigue consiguiendo para el club que da hasta pudor criticarle aunque a veces lo merezca. Por eso me cuesta entender que exista un sector (difícilmente cuantificable pero real) que sea incluso ácido con Simeone, tanto en la grada como en la tribuna de prensa. Gente que solo analiza una parte de la realidad, que ve cada año la mejor plantilla de la historia, que se siente legitimada para obligarle a pelear los títulos con los dos grandes, gente que se ha cansado de él, en definitiva. Y me sorprende, sí, no en casos donde se cruzan desafectos personales y privados, sí en aquellos donde los números no resisten la censura. Ahí solo me caben dos análisis: o se ha perdido la perspectiva del sitio natural de este club, o quizá la memoria sea de tan corto alcance que merezca la pena recordar.
No voy a recurrir al famoso equipo destruido que cogió en 2011 al filo del descenso, me basta con acudir al historial liguero del siglo XXI y chequear dos décimos puestos, un noveno, tres séptimos, un undécimo y hasta un duodécimo. Eso sí, también dos cuartos que sería fantástico sino fuera porque Simeone ha garantizado cada año estar entre los tres primeros, que con él nunca se ha bajado el club de la Champions. Este no es el único récord histórico de un técnico que no vive del pasado porque lo sigue haciendo temporada tras temporada. El título de Liga es de 2014 pero también de septiembre del año pasado. Y me asombra todavía más que el crítico, que el hastiado no se pare un momento y piense que el Atleti ha jugado tres finales de Champions en sus 120 años de historia, DOS han sido con el Cholo Simeone y ha estado a un minuto y un penalti de ganarla. La mofa madridista es tan grande como el respeto que le tienen. Nadie les llevó tan al límite en la hilera de orejonas ganadas, que se lo digan al Liverpool o a la Juve. Querían un rival digno y ya tienen a uno que le mira a la cara gracias a un entrenador que cambió la historia para convertir al Atleti en un grande de Europa.
Por todo esto, claro que me sorprende que haya una parte de irritados en el Metropolitano. Siempre he pensado que, quien no valora la historia, acaba después lamentándose por lo que tenía. Quizá me equivoque, pero pienso que después del Cholo vendrá el abismo. El argentino no solo ha hecho un equipo campeón, sino que sujeta a un club cogido con alfileres. Le ha devuelto la autoestima, el orgullo de pertenencia, le garantiza pelear con los mejores. No más séptimos, ni décimos, ni descensos. La belleza es tan relativa como aquellos que aseguran que Joao Felix se saldrá en un equipo con otro estilo. Lo mismo decían de Antoine Griezmann antes de emprender el camino de vuelta. Cada uno es libre de aburrirse y de opinar lo que quiera, como yo, porque con la entrada va el derecho a la opinión y a la crítica, pero no la razón. Ni la tienen los que pitan ni la tengo yo por escribir. El caso es que Gil Marín ha hecho su mejor obra por el club, ponerle a Simeone un cheque en blanco para que él ponga la cantidad y la fecha. Yo haría lo mismo porque año tras año escucho que el ciclo termina y algún año ocurrirá pero de momento pasan los años, un montón de jugadores, se ciernen los dramas pero continúa reinventándose. Estar más de diez temporadas en el mismo club, manteniendo la exigencia, la ilusión y los éxitos es de una dificultad tan extrema que solo hay que mirar cuántos han conseguido lo mismo a lo largo de la historia.
Vale: aburrido, defensivo, retorcido y a veces revirado lanzo la alfombra rojiblanca para que el Cholo camine a la altura de lo que ha conseguido y se quede ahí tanto tiempo como le dé la gana. Porque solo él ha de poner fecha al fin de esta gloria. Valga todo lo escrito perdiendo en Manchester y siendo quinto, no me muevo. Otro vendrá que bueno te hará, dicen, y yo creo que no, vendrán todos y harán su figura más gigante, la del mejor entrenador de la historia del Atleti.
Imagen de cabecera: Atlético de Madrid
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