El Alavés está siendo uno de los equipos revelación en este inicio de temporada en la Primera Iberdrola. El conjunto vitoriano se encuentra 6º con 17 puntos, unas cifras que, tratándose de un recién ascendido, tienen un mérito enorme. En EstrELLAS a escena hablamos con Míriam Diéguez, uno de los pesos pesados en el vestuario del Alavés.
El Alavés está haciendo un muy buen primer tramo de temporada en la Primera Iberdrola. ¿Te sorprende que el equipo esté funcionando tan bien?
El inicio está siendo espectacular. No nos lo imaginábamos ni en nuestros mejores sueños. El nivel en la Primera Iberdrola sube año a año y creo que el equipo está dando la talla. Tenemos los pies en el suelo, pero queremos seguir disfrutando. Eso sí, falta mucho.
Eres una de las jugadoras veteranas del equipo. ¿Cuál es tu papel en el vestuario?
Es cierto que las cosas han cambiado. Cuando era joven, si hacía falta llevaba las botas a las jugadoras mayores. Ahora a veces es incluso al revés. Es un tema generacional: los jóvenes son ahora más sueltos. Pero hay respeto. Hay jugadoras que me preguntan por situaciones del momento. Se trata de ayudarles y de intentar que disfruten.
¿Hasta qué punto es complicado seguir dominando los partidos como lo hacíais en la Reto Iberdrola?
El equipo sufre sin el balón, pero sabemos que en la Primera Iberdrola no vamos a poder dominar como lo hacíamos la temporada pasada, así que nos adaptamos a los diferentes momentos de los partidos.
¿En el Alavés has recuperado la ilusión por volver a competir en el máximo nivel?
El reto del Alavés era muy claro desde el principio: subir a Primera. La ilusión por competir la tengo todos los años. Sé que estoy más cerca de mi final y cada año en el que pueda aportar es muy ilusionante.
¿Cómo te encuentras físicamente? ¿Has notado un cambio en la Primera Iberdrola?
No tengo en mente en qué momento voy a retirarme. Sé que estoy más cerca por la edad que tengo, pero sigo disfrutando. La Primera Iberdrola ha subido su nivel en todos los aspectos. Cualquiera puede ganar a cualquiera… menos el Barça. Cuando te enfrentas al Barça sabes que, aunque estés a tu máximo nivel, te van a ganar. Los clubes tienen que seguir apostando y ayudando, pero queda mucho para llegar al nivel al que están ellas.
Has estado una temporada en el Rayo Vallecano. ¿Cómo vives desde la lejanía la situación que vive la plantilla?
Aquella fue una temporada complicada, ya que estuvimos de octubre a mayo sin cobrar. Sacamos fuerzas de donde pudimos y ganamos la liga. Tengo alguna amiga dentro de la plantilla y sabe mal porque es un club histórico que merece todo lo mejor.
¿Te genera algo de envidia no haber podido vivir todo este proceso de profesionalización del fútbol femenino que se está produciendo?
Todos esos pasos que se han dado en mi época y en épocas anteriores los van a disfrutar otras compañeras, y lo estaremos viendo de cerca. Que lo disfruten porque ha costado mucho llegar hasta este punto.
¿No haber ido al Mundial de Canadá es una espinita que tienes clavada?
Coincidió justo con el año en el que me rompí el ligamento cruzado. Había hecho toda la clasificación con el equipo y en las fechas del Mundial apenas había competido. Sí, es una espinita, un sueño por cumplir. Por suerte, me recuperé bien de la lesión.
¿Cuál es el momento más especial de tu carrera?
Por suerte, en cada equipo en el que he estado he podido vivir algún momento bonito, ya sea un título, un ascenso… Quizás el más especial sería el ascenso con el Alavés por la situación de pandemia que había, ya que veníamos del confinamiento.
Imagen de cabecera: @AlavesFem