Sean Dyche es el Clint Eastwood de los banquillos de Inglaterra. Dicen las malas lenguas que reniega de los técnicos extranjeros, que les suelta frasecitas en medio de los partidos que no escribiría, desde luego, Ian McEwan. El Burnley es ese señor -todos tenemos uno en nuestra vida- que reniega de internet, de la compra online y de la quinoa. Este es un equipo que se ha ganado el respeto de la aristocracia balompédica a base de encerrar a conjuntos en su estadio con balones largos, saques de esquina e incluso saques de banda. Todo vale. Y así se salvan año tras año.
Es cierto que el comienzo de este curso no ha sido el mejor: solo han sumado un punto de quince posibles. Firmaron a Cornet, una estrella del Lyon que ha tenido grandes actuaciones en Champions League. Casi se podría hacer una película: un francés en Burnley. El cuadro británico, pese a su aparente falta de calidad, ha provocado cambios en los sistemas de algunos equipos a los que se ha enfrentado, pero ellos no han mutado sus dos líneas de cuatro y dos atacantes. Jugar en Turf Moor ha llevado a rivales a salir con una defensa de cinco. Preparados, por supuesto, para el sempiterno bombardeo que cuajan las filas de Dyche. Aguanten.
El de Kettering, que cumplió 50 años este verano, renovó hace unas semanas hasta 2025. Qué voy a decir: es una noticia brutal. En la liga más cosmopolita del mundo, la que más dinero hay, sigue habiendo un pequeño espacio para cuadros pragmáticos que buscan los puntos desde el orden que exhibe el 4-4-2. Este es un conjunto que no se rinde, que exprime los encuentros desde las segundas jugadas que se ganan a partir del duelo que libran sus delanteros ante los zagueros rivales y con, sobre todo, jugadores de nivel en las bandas. Que se lo digan a Dwight McNeil que, por cierto, cada día es más resolutivo.
Los de Lancashire, enseña la historia reciente, corregirán estos malos resultados para conseguir una salvación tranquila. Quizás algún año no lo consiguen, nos decimos, pero la experiencia merece respeto. No sé si dentro de unos años veremos a Dyche con una pistola imaginaria disparando a los modernos que le hablen de intervalos entre central y lateral. Lo que está claro es que su periplo en Premier League es una ventaja ante la mayoría de sus rivales por la salvación.
Imagen de cabecera: @BurnleyOfficial