No queda nada para terminar. Un suspiro. Tan solo dos jornadas de una temporada atípica. De una temporada de la que vimos tambalear su comienzo en plena pandemia. De la que comenzamos a entrenar a ciegas sin conocer la fecha de comienzo. Una temporada de partidos aplazados y jornadas que quedaban prácticamente desiertas de encuentros a disputar. Jornadas que posteriormente se han recuperado entre semana sin apenas descansos y que han mermado más de una vez psicológicamente a los equipos. Una temporada de muchas sorpresas en todos los aspectos y que parecía imposible verla llegar hasta el final. Como pasó con la temporada 19/20, que todas esperábamos poder retomar y que tan solo pudimos ver cómo los chicos terminaban sus ligas desde casa. Una temporada en la que las lesiones se han apoderado también de ella. Y en la que el temido LCA ha acechado en cada esquina. En nada se cierran las puertas de esta temporada y con ella se cumplen y alcanzan nuevos objetivos, mientras otros sueños quedan a la deriva, sin llegar a su puerto.
Yo tengo siempre algo claro, lo mejor que podemos hacer en momentos en los que no alcanzamos el objetivo propuesto es quedarnos con lo positivo, tomar todo lo negativo como un aprendizaje y meterlo en una maleta para que nos acompañe la temporada que viene y todas las siguientes. Porque no podemos pretender que todo nos salga siempre bien. Ni tampoco esperarlo porque la vida es tan imprevisible que a veces nos sorprende de forma inverosímil. Por eso debemos recordar todo lo vivido, todo lo que hemos sentido y recargar las pilas para volver aún con más ilusión la próxima temporada para que cada paso que demos nos acerque un poco más a nuestro objetivo. Porque no existen los imposibles, solo posibles que requieren un poco más de esfuerzo para poder llegar a ellos.
Contenido patrocinado por Iberdrola
Imagen de cabecera: @SevillaFC_Fem