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Selección

Todo está mal

Un mantra comentado en la mayoría de campos regionales y profesionales es que los goles son como el kétchup: a veces no sale aunque lo intentes de todas las maneras. Luego, de repente, llega todo de golpe sin que lo esperes. Álvaro Morata no es como el señor Burns. Él ya sabe que no necesita cátsup para ser feliz. Ahora solo falta que caigan los tantos para mitigar unos pitos que son casi vergonzantes. Uno espera durante todo un año fatídico para volver a un estadio y acaba pitando al ariete de la selección. Duele un poco porque los de Luis Enrique cuajaron un buen encuentro. El mejor, de hecho, desde la goleada a Alemania el año pasado.

Es evidente que la selección ya no es la aristócrata del fútbol europeo. Hay combinados que tienen mucho mejor cartel. Todo ello ha convertido al aficionado medio en una especie Joe Pesci de marca blanca: los que esperan el mínimo error para encerrarte en el maletero del coche y darte una buena reprimenda. Sin embargo, hubo brotes verdes en La Cartuja porque la posesión, durante gran parte del encuentro, no fue para amodorrar al rival. España propuso muchas cosas. Y su técnico comenzó a enseñar algunas de sus ideas que no teníamos claras.

Marcos Llorente no es lateral. Es una perogrullada, pero a veces hace falta dejar las cosas claras. Es cierto que, en principio, en este equipo parte desde esa posición, pero la idea es que el del Atlético de Madrid ataque ese famoso intervalo entre central y lateral que tantos goles ha dado a los colchoneros este curso. Su posición la ocupa un Koke que estuvo soberbio ante Suecia, yendo a la banda para construir el juego de la roja. Todo empieza a tener más sentido.

El otro lugar de discordia es el del centro de la defensa. Aymeric Laporte y Pau Torres son dos grandes centrales. Pese a ello, la sensación es que ambos son de un perfil muy similar. Quizás su nivel sería excelente si a su lado tuvieran a uno de esos defensores que ya peinan canas. En el Villarreal había uno buenísimo, por ejemplo. Aunque la mayor polémica, el eterno debate, se encuentra en la zona de ataque. Especialmente viendo ese centro del campo en el que volverá Busquets y en el que Pedri comanda como si tuviera 28 años. Veámoslo en otro párrafo.

Anoche Luis Enrique enseñó el esbozo que tenía con Pablo Sarabia y con Adama Traoré: el primero saldrá para desatascar choques. El segundo, parece ser, comparecerá desde el banquillo cuando España mute su piel para ser contragolpeadora. Ahora la duda reside en quién liderará un ataque que tiene automatismos de sobra para hacer goles, que ataca por cada costado de manera distinta y que quizás le falta disparar un poco más desde fuera del área. El sábado, una hora antes, sabremos si confía en que acabe cayendo el kétchup de Morata o le da la opción a Gerard Moreno.

Imagen de cabecera: Imago

Martorell (Barcelona), 1996. Periodista freelance. Amante del fútbol y loco por la Premier League. En mis ratos libres intento practicarlo.

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