Marta Cardona era una buena futbolista en la Real Sociedad. Clarividente, con buen disparo y capacidad de desequilibrio. Fue muy importante en el cuadro txuri urdin, dejando atrás la difícil situación que arrastraba en el Levante y siendo decisiva para la consecución de la Copa de la Reina. Acabó el curso como una de las mejores asistentes de la entonces Liga Iberdrola y recibió la llamada de Jorge Vilda para la Selección.
Han pasado dos años desde entonces y Cardona ha dado un salto de calidad espectacular. Cuanto más difícil le pusieron el reto, más ha destrozado las expectativas. Fichar por el Real Madrid implicaba subir el nivel, sobre todo tras un año agridulce marcado por las lesiones y la pandemia. Cuando su nombre apareció entre los fichajes del equipo probablemente fue eclipsado por otros más conocidos como el de Kenti Robles, Marta Corredera o Maite Oroz. Pero en noviembre Marta ya era el fichaje con más rendimiento inmediato, viendo además puerta con facilidad, algo que antes se le resistía. Le preguntamos por entonces si se encontraba en el mejor momento de su carrera. Su respuesta fue clara:
“Nunca hay que estancarse. Mejorar cada vez más. He mejorado respecto a lo que era como jugadora, pero aún me queda más por mejorar”. Tenía razón Marta. Su techo no estaba en su gran inicio en el Madrid, y mucho menos el nivel al que había conseguido alcanzar en San Sebastián. Hoy, a falta de pocas jornadas para el final de la Primera Iberdrola, Cardona se ha confirmado como una de las grandes líderes del primero de los mortales y una de las grandes estrellas del fútbol femenino español. Pocos discuten ya su titularidad en la Selección, donde ya es una fija. Si la Eurocopa se celebrara este verano no tendría rival en su puesto.
Cuando el contexto ha sido más exigente, la exquisita jugadora aragonesa ha respondido. No solo con cifras, las mejores de su carrera (lleva 12 goles, la mayoría de bella factura) sino también con detalles de grandísima calidad. También se ha convertido en una jugadora diferencial en situaciones adversas, levantando la cabeza y tirando del carro.
El ‘Cardonismo’, además, se ha disparado. Marta ya es una de las futbolistas más queridas por la emergente afición madridista, que inundan las redes sociales con sus jugadas y sus goles. En Instagram superó hace poco la barrera de los 50.000 seguidores, superando a sus compañeras Ivana Andrés y Marta Corredera y ya solo por delante a Misa Rodríguez entre las españolas. Mucho tienen que ver sus golazos, como el último ante el Athletic: media vuelta en la frontal y zapatazo que se topa en el larguero antes de entrar. Solo Alexia Putellas le supera en el apartado de centrocampistas más anotadoras de la Primera Iberdrola, y sin tirar los penaltis (son cosa de Asllani).
El Real Madrid tiene muy cerca el subcampeonato de Liga y la posibilidad de disputar la Champions en su primera temporada en la élite. Y mucho tiene que ver la gran labor de la dirección deportiva, que confió en futbolistas con potencial que no habían terminado de explotar del todo. Maite Oroz, que había sufrida una rotura de ligamento no hace mucho, es un espectáculo en cada partido. Claudia Florentino, de jugar en Segunda con el Fundación Albacete a ser la revelación de la defensa. Olga Carmona, de un posible estancamiento en el Sevilla a ser una de las más determinantes en cada partido. Misa Rodríguez, de guardameta sin minutos en el Atlético y sin ser indiscutible en el Dépor, a una de las mejores del torneo. Y Marta Cardona, de talento emergente a figura contrastada. Precisamente este miércoles cumple 26 años, la edad perfecta para llegar a la madurez futbolística y alcanzar su máximo techo. Aunque, para ser sinceros, Marta no lo tiene.
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